Capitulo 406

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Narra Gaby

+ Te estuve esperando toda la tarde.

Entro a la habitación de Alba. Tras su discusión matutina con Malú, salió de casa sin dar señales de vida.

A: Comí con los abuelos y luego estuve con Ivan.

+ Lo sé, pero no por ti, y si vuelves a desaparecer sin coger las llamadas te caerá un castigo bien grande.

A: Vale, buenas noches.

+ ¡Hey!

A: ¿Qué?

+ Quiero que hablemos.

A: Yo no, me voy a dormir.

+ No. Soy tu padre y me vas a escuchar.

Rueda los ojos dispuesta a hacerlo, dejándome ver cómo es por completa obligación.

+ Te estas pasando.

La regaño.

+ Entiendo tu enfado, pero te pasaste tres pueblos con mamá... Le has hecho mucho daño.

A: Malú no es mi mamá.

Clava su mirada en mis ojos, tajante.

A: Mi mamá es la maldita que no me quizo ni al nacer, y que tu novia venga aquí a hacerse la buena con nosotros no la convierte en mi madre.

+ ¿Qué estás diciendo, Alba?

Pregunto anonadado. Puedo comprender su frustración y hasta su rabia por la negativa de Malú a contarle lo que ha hablado con Vero, pero la reacción de mi hija es desmesurada.

+ Claro que Malú es tu mamá, tú misma le pediste llamarla así.

A: Me equivoqué, ¿no puedo cometer un error?

+ ¿Qué pasa, cielo?

Pregunto calmado buscando darla apoyo, aquí hay algo que le duele bien adentro y quisiera saber el qué para poder ayudarla.

+ No estas así solamente por lo de esta mañana.

A: No me pasa nada. Simplemente digo las cosas tal cual son. Malú no es mi mamá. No me parió y no hay papeles de adopción que indiquen que si lo es.

+ ¿Ahora te hacen falta unos documentos? ¿Qué pasa con toda la contención que te ha dado? Con hacer por ti lo que no haría nadie más, con...

A: ¿Y hasta cuando va a hacer todo eso? ¿Hasta que se ponga de parto o cuando la barriga ya le pese demasiado tampoco va a estar dispuesta?

Me deja ko. No me esperaba que saliera con un argumento así.

A: Tu porque no tienes opción, que sino tampoco te ocuparías de nosotras, tu novia y su bebé se llevarán toda la atención.

La miro mudo. No doy crédito a lo que estoy escuchando.

A: ¿Vas a negarlo?

+ Por supuesto que si. Voy a negarlo y voy a demostrarte que estás equivocada.

A: ¿Qué, acaso no está embarazada?

Suspiro. No quería contarle de esta forma la noticia, pero si me lo pregunta directamente, me resisto a mentirle.

+ ¿Cómo lo sabes?

A: ¿Eso es lo único que te importa no? ¿Cómo me enteré?

Grita enfurruñada.

A: Pues porque vivo con vosotros. Me doy cuenta que se la pasa potando, que está más cansada, que la cuidas más si cabe, que le vienen mareos de nada, no soy tonta, papá, ¿Cuánto tiempo más pensabais escondérmelo?

+ Íbamos a contártelo.

A: Demasiado tarde, ya me enteré por mi cuenta, ¿y sabes una cosa? No puedo darte la enhorabuena, porque si por mi fuera, ojalá que lo pierda.

Espeta indignada dejándome solo en su habitación, absolutamente sobrecogido. Escucho el portazo que da en el baño y me siento en su cama pasando las manos por mi pelo repetidamente. Jamas hubiese imaginado que ésta sería su reacción.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora