Capitulo 457

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Narra Gaby

Regreso a casa y sonrío enternecido cuando veo a Cami acomodando una muñeca bajo la camiseta de Lu. Ella también ha usado una para abultar su barriguita.

~ Que no se te vea, Lucia.

Le ordena.

+ ¿Qué, vosotras estáis embarazadas como mami?

~ Si.

= Bebé, tipa.

Me enseña lo que esconde bajo su ropa.

+ Pero mami no tiene la tripa tan grande.

= No ma bebé.

Río.

+ Si, Lu, si hay un bebé en la barriguita de mamá, pero aún es muy pequeñito, ya verás como dentro de un tiempo se pone grande.

~ Como el mío.

+ Claro, como el tuyo que está súper grandulón.

Luce orgullosa su "abultado abdomen".

~ Tienes que taparte, Lucia.

Insiste, volviendo a jugar con su hermana y tirando se su camiseta para ocultar los pies de la muñeca.

+ ¿Dónde está mami?

~ Arriba. Estaba hablando con la tía Vero.

Subo las escaleras y me la encuentro concentrada rebuscando algo en los cajones mientras habla con su mejor amiga.

- Que no te rías cabronceta.

Me paro apoyado en el marco de la puerta. Aún no se percata de mi presencia.

- Te juro que estas hormonas van a acabar conmigo.

Asegura graciosa.

- En mi vida me había masturbado tanto.

Confiesa ruborizada, en una mezcla de pudor y atrevimiento. No puedo evitar que una risilla floja se me escape, llamando su atención. Me mira y se le suben todos los colores.

- Vero, te llamo luego.

Dice apurada.

- Que sí, pesada. Cuando sepa la fecha te lo diré.

Corta, y me observa picarona, poniéndose de pie, y acercándose a mi.

- Tendré que recriminar a Erika.

+ ¿Qué ha hecho mi pobre madre?

- El problema no es lo que ha hecho, sino lo que no ha hecho.

+ ¿Ah si?

- Aja. No te ha enseñado a no escuchar conversaciones ajenas.

+ Luego la llamaré yo mismo para reclamarle.

Murmuro a quemarropa de sus labios.

+ Pero ahora me interesa mucho que me cuentes a mi eso que le decías a Vero.

Llevo mi mano a su entrepierna, por encima de sus pantalones.

- Le contaba que vamos a casarnos.

Responde juguetona, pasando completamente de lo que le he pedido volver a oír. Su respiración está alterada, y su cuerpo demasiado cerca del mío.

+ Vaya, a mi me pareció que le decías otra cosa.

Susurro enterrando mis dedos en su sexo, completamente húmedo.

- Agh.

Gime ahogadamente. Necesita gritar y el movimiento que hago en su interior la hace flexionar las piernas buscando que el roce sea aún mayor.

+ Creí escuchar que te estabas masturbando mucho últimamente.

No paro de torturarla.

+ Y aunque me encantaría verlo.

Beso su cuello cuando su espalda se arquea contra mi torso.

+ También puedo ayudarte.

- Por tu puta vida, no se te ocurra quitar la mano de allí.

Río ante su autoridad. Está apuntito. Habla con dificultad y gotitas de sudor empiezan a aparecer por su cara.

- Más adentro.

Obedezco. Adoro obsérvala mientras disfruta. Poder ver los gestos que hace cuando alcanza el paraíso.

- Gaby.

Mi nombre en un suspiro me confirma que ya llegó.

Retiro mis dedos de su interior y la giro para besarla.

Prometo regalarle mas orgasmos esta noche. Tan solo verla sumergida en el placer me ha puesto cachondo de más. Que ganas de volver a hacerla mía.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora