Capitulo 569

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- ¡Verónica por fin!

Contesto su llamada dejando la maleta aún sin hacer sobre la cama. Mañana partimos a Valencia a pasar allí la Semana Santa y apenas he tenido tiempo de juntar unas pocas prendas.

- Que me tenías de los nervios, cabrona.

Es miércoles y no me llamó el lunes después de su cita con el ginecólogo. Yo hice el intento de comunicarme con ella mil veces, pero fui rechazada. Su inesperado embarazo es un tema sensible y he acabado por respetar el espacio que ha exigido silenciosamente.

- Si no habéis tomado una decisión podrías haber contestado algún mensaje pidiéndome tiempo o lo que sea, capulla, no haberme ignorado como lo has hecho.

V: Deja tu retahíla y escúchame.

Joder, pocas veces la tronca habla tan seria y autoritaria, mejor será hacer caso.

V: No hay bebé.

Sentencia.

- ¿Qué dices? Si esas pruebas no se equivocan, y menos si te has hecho varias.

La cuestiono.

- Ay, no me digas que...

V: No.

Hay un atisbo de tristeza en su voz.

V: No hubo decisión que tomar.

Suspira abatida.

V: Yo no quise a ese bebé, y el no me quiso a mí.

Está a punto de romperse.

V: El médico propuso hacer una ecografía... No habían latidos.

Hace una pausa, como si estuviese dejando que yo procese toda esta información que me está dando o simplemente juntando el valor para acabar la historia.

V: Me dejaron ingresada para hacer el procedimiento aquella misma tarde.

- Joder, Vero, lo siento.

V: Es lo mejor, ¿no?

Gimotea.

V: Yo no quería un bebé.

- Pero vino y aunque renegaras de ello, te hizo ilusión.

La conozco demasiado.

- Y ahora debes vivir el duelo de haberle perdido.

El silencio reina entre nosotras, y sus sollozos acallados se escuchan del otro lado del móvil.

- Mañana prometo abrazarte y dejar que llores todo lo que te apetezca sobre mi hombro, ¿vale, corazón?

V: No hace falta. Estoy bien.

Sorbe la nariz.

- Mira si eres terca.

V: Tendrás morro.

- Oye, igual preferís tomaros estos días con calma y...

No quiero que se sienta en el compromiso de tenernos a todos si lo que necesita ahora mismo es tranquilidad. Mi familia y la de Gaby estarían encantados si pasáramos estos días con ellos.

V: ¿Estas de coña? Sabes que te necesito a mi lado.

Admite enfurruñada.

- Mañana a primera hora ponemos rumbo a Valencia.

Aseguro. No voy a fallarle a mi mejor amiga.

V: Te tengo que dejar, Carla estará al caer y no sabe nada.

- Mándale mis recuerdos.

Pido.

- Y me llamas con lo que sea.

V: Gracias.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora