Han pasado tres semanas desde que le contamos a nuestros más cercanos que vamos a casarnos y que seremos padres.
Ayer fue el último concierto de esta gira, y entre las emociones que eso me genera y las hormonas, llevo días sin parar de llorar. Danka, como cada una de las veces que me pasa algo, lo percibe y está a mi vera, no sé qué voy a hacer el día que me falte.
- Mira.
Le enseño un vídeo que alguna fan hizo. Con cientos de menciones he entrado a verlo y no he podido resistir las lágrimas otra vez, siempre consiguen emocionarme con estas cosas.
+ Que monos son.
- Sí.
+ ¿Cuándo vas a contarles a ellos?
Me encojo de hombros.
- No lo sé.
+ No creo que sea bueno que tardes mucho más. Empezará a notarse.
- Cuando eso pase, no tendré de otra.
+ Como tu lo veas.
- ¿Tienes prisa?
+ ¿Yo?
Pregunta sorprendido.
- Joder, ¿no puedo vivir el embarazo tranquila? Sumergida en el anonimato.
Protesto al borde del llanto.
+ Pero no me llores más.
Sonríe sonoramente, abrazándome contra su pecho.
+ No eres anónima, van a darse cuenta.
- ¿Es mucho pedir un poco de tranquilidad?
Hago referencia a la prensa. Mi gente suele ser respetuosa, pero sé que tras contarles a ellos, tendré periodistas atormentándonos día y noche.
+ Venga, cielo, no te agobies. Cuando te veas preparada, lo charlamos, ¿vale?
Asiento. A sabiendas de que corro contra el tiempo. Con 14 semanas no puedo demorarme demasiado.
+ ¿Miramos una peli y te hago mimos?
Propone.
- Yo elijo la película, tú ve preparando palomitas.
+ ¿Apenas has acabado de cenar y ya te apetecen palomitas?
Se burla de mi. Dice que pienso demasiado en comida.
- Te recuerdo que este bebé.
Me toco la tripa.
- Acepta el alimento que le da la gana y cuando le da la gana.
Los vomitos no me dan tregua. Las mañanas son horribles, aunque muchas tardes hacen competencia.
+ Excusas.
Ríe rumbo a la cocina.
- Oye, ven aquí.
Le llamo.
- Podrías traer algo que te apetezca a ti también.
+ Yo no tengo hambre, me he empachado con la cena.
- Mejor será que se te pase el empache.
La regalo una mirada traviesa.
- Porque igual no llegamos a acabar con la peli.
+ ¿Y por qué no?
Sigue con mi juego.
- Porque aunque tú creas que el bebé solo me hace pensar en comida, te equívocas.
Me acerco a él, hasta quedar a quemarropa.
- En lo único que me hace pensar realmente, es en sexo.
Musito, llevándome su labio inferior entre mis dientes.
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Solo el amor nos salvará (tercera parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia, pero es la misma (primera y segunda parte en el perfil). Espero que os siga gustand...