Capitulo 452

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Narra Gaby

+ Buenos días, bonita.

Acaricio su mejilla. Tiene los ojos aún entornados. Me he ocupado de despertarla con besos y arrumacos varios.

- Buenos días sí son.

Su voz aún suena ronca y adormilada, y su sonrisa brilla más que la luz del sol.

+ ¿Has dormido bien?

- Sí.

La beso. No puedo contenerme. Me recibe gustosa.

- Que buen despertar.

Posa la palma de su mano sobre mi mejilla, llena de cariño, haciéndome sentir tanto.

+ Tengo una sorpresa para ti.

- ¿Qué sorpresa?

Se incorpora y encuentra la bandeja que he puesto a los pies de la cama. Es nuestro ultimo día en Florencia, por lo que me apetecía mimarla con el desayuno tal como a ella le gusta. El servicio de habitaciones ha llegado pocos minutos antes de empezar a repartir caricias por su carita angelical. Me llena de paz verla dormir, y tras contemplarla como un bobo por algunos minutos, me he dispuesto a repartir besos por su rostro y pelo desordenado.

Sus ojos se abren como platos y se despereza rápidamente.

- Yo te tengo que querer.

Sonríe llevándose una tostada a la boca.

Narra Malú

- Vamos a la ducha.

Le pido sin apartarme de sus labios. Hemos acabado por desayunarnos nosotros y nada viene mejor ahora mismo que mimarnos bajo el agua antes de salir a recorrer los últimos sitios que deseamos visitar.

+ Gracias.

Le miro confundida.

+ Por organizar todo y hacer que este viaje sea tan especial.

- Cuando tuve la idea creí que nos marchitábamos.

Recuerdo triste.

- Y Ahora estamos llenos de vida.

+ Eso es lo que importa.

- Te quiero mucho.

Prometo clavando mi mirada en la suya.

+ Ni tanto.

Empieza a picarme, adora hacerlo, y lo peor, es que yo caigo una y otra vez.

- Chi.

Insisto con voz infantil.

+ Pues no se nota.

Achino los ojos.

- Te quiero.

Repito besando su cuello. Me apetece dejar marca y que todo el mundo se entere que es mío. No me corto en hacerlo.

+ Bruta.

Se queja risueño.

- Te quiero.

Digo otra vez. Ahora muerdo el lóbulo de su oreja.

- ¿Te vas enterando?

Pregunto en un susurro.

+ No mucho.

- Que te quiero.

Insisto volviendo a su boca. Nos separamos con los labios hinchados cuando el oxígeno se hace necesario. Creo que mi piel también debe de estar algo irritada por su barba.

- Y lo que no quiero.

Dejo de jugar.

- Es que alguna vez lo dudes.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora