Capitulo 410

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Tras darle las buenas noches a Alba, me paso por las habitaciones de las nenas ya dormidas a dejar un beso en sus mejillas. Se ha hecho tarde y Gaby se ocupó de ellas, aunque imagino que Vero debe de haber echado una mano, porque Carla duerme junto a Cami.

+ Gracias.

Es lo primero que escucho cuando entro en nuestro dormitorio.

- ¿Por qué?

+ Consigues con Alba lo que nadie.

- No estoy segura de haber conseguido nada ahora mismo.

Admito honesta.

+ Apuesto a que sí.

Me besa dulcemente y yo me dejo hacer entre sus mimos que siempre son mi ancla.

+ Te necesita mucho, y siempre estas.

Asegura.

- No sabe nadie lo que yo la llego a amar.

+ Yo sí, y aunque a veces parece que no, ella también lo sabe, no te habría depositado toda su confianza de otra manera.

- Ya.

Quiero creer que mi chico está en lo cierto. Necesito creerlo.

+ ¿Vamos a dormir?

- Me apetece charlar unos minutillos con Vero.

+ No te espero despierto.

Sonríe animado. Sería engañarnos a ambos si creyéramos que ese es el tiempo que voy a dedicarle a mi amiga esta noche. Es imposible, cuando empezamos a hablar no hay quien nos pare.

- ¿Desconfías de mi palabra?

+ A veces.

Me pica. Apoya su índice en mi nariz. Vuelve a besar mis labios y me da un pellizco en el culo antes de verme salir hacia la planta de abajo.

- Dime que no duermes.

Me cuelo en su habitación, donde reina el silencio y la penumbra.

V: Te estaba esperando.

No necesito más para romperme.

V: A ti y a tus lágrimas.

Ríe. Es inevitable, yo también lo hago.

V: Ten.

Me acerca los klinex. Parece cierto que esperaba que viniese a llorar.

- Estoy acojonada.

V: Lo vas a hacer genial. Vas a ser la mejor mamá de cuatro. No vas a perder a este bebé...

Responde a todos los miedos que le planteé esta mañana.

- Vero.

Interrumpo.

- Alba dice que no voy a poder evitar tener un hijo propio y seguir queriéndolas a ellas de la misma manera.

Ha desbloqueado un nuevo temor de mi larga lista.

V: Ya. Tengo cero dudas que después de haberos echado horas en el baño, haz logrado hacerla entender que se equivoca.

Mi amiga aún no lo pilla.

- A ella si.

V: ¿Y a quien no?

Suspiro.

- ¿Qué pasa si Alba lleva razón? ¿Si por más que quiera, este bebé se convierte en alguien más importante que ellas?

V: ¿Me estás vacilando?

Niego mordiendo mi labio inferior. A veces me ayuda a retener las lágrimas.

V: Gordi, te juro que me esperaba a que te comieras el coco con cualquier cosa, menos con esto.

- ¿Por qué?

V: Porque ojalá puedas querer a ese bebé como quieres a las otras tres.

Dice graciosa.

V: Si te desvives por ellas.

- Mira que eres burra, si ya le quiero antes de que nazca.

V: Óyeme bien lo que voy a decirte, porque me pongo en el fuego y no me quemo, que vas a hacerlo estupendo, y que ese bebé solo traerá alegrías a vuestra familia.

Necesito tanto la seguridad que me está dando mi mejor amiga.

V: Y quiero decirte una cosa más, a ver si te entra en es cabecita tan dura que tienes y dejas de agobiarte.

Sonrío. Soy toda oídos.

V: No pretendas ser la mejor mamá del mundo, busca ser la mejor mamá que tus hijas necesitan, y si sigues en esta dirección, no hay forma de que falles, porque lo eres.

- ¡Ay, Vero!

La abrazo con los ojos acuosos. Las hormonas me hacen emocionar con todo.

V: Dios, si ya estás hecha una pesada.

Ríe sin soltarme.

V: Venga, ahora vamos a hablar de lo importante.

Propone después de algunos minutos que me ha tardado recomponerme.

V: El sexo embarazada, ¿qué tal?

Exploto en una sonora carcajada junto a ella. Esta tía es de lo que no hay.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora