Capitulo 527

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+ Vengo a por ti dentro de un rato.

Anuncia.

- ¿A dónde vas?

+ A un sitio, cotilla.

- No me gustan las sorpresas.

Le recuerdo.

- Mentirosa.

Es cierto que prefiero enterarme de todo, pero no puedo negar que cuando este hombre idea algo, me enamora un poquito más si cabe.

- Como se te ocurra dejarme sin mi hamburguesa con patatas, ya verás.

Amenazo sin obtener mayor respuesta que el sonido de la puerta cerrándose tras el.

..

+ Ya estoy aquí.

Deja un beso en mi mejilla. Joder, que fríos están sus labios.

+ ¿Vamos?

- Sí, perdí la cuenta del tiempo que llevo esperándote.

+ Abrígate.

Obedezco cogiendo el plumas negro.

+ Para.

- ¿Qué pasa?

+ Te falta algo.

- ¿El que?

Esto. Me enseña un pañuelo que ata alrededor de mis ojos haciendo caso omiso a mis protestas.

+ Ven.

Me guía hasta el coche.

- ¿A dónde me llevas? Quiero cenar, me muero de hambre.

+ Jo, cielo, no seas quejica.

Me pide apurado.

- Lo siento.

Su voz me obliga a dejar de alegar.

+ Me lo he currado, quiero que te guste.

Admite, haciéndome sentir fatal y aumentando mis ganas de saber que se trae entre manos.

+ Si te dejo aquí, ¿puedo confiar en que no vas a mirar?

Pregunta aparcando el coche.

- Voy a matarte.

Es mi respuesta afirmativa.

+ No hagas trampa que te conozco perfectamente.

Lo hace. ¿Cómo va a pretender dejarme con esta intriga?

Sutilmente remuevo el pañuelo que cubre mis ojos. Estamos en un MacDonald's, no reconozco bien donde, pero no parece importar. Todo indica que Gaby ha ido en busca de la cena y no será este el sitio en que pasemos nuestra velada romántica.

No tarda demasiado en regresar. Ya he vuelto a acomodar la tela que me impide la visión.

- Huele que alimenta.

+ Se que has mirado.

Ríe.

+ Si al final eres más niña que nuestras hijas pequeñas.

- Que no he visto nada.

Uso un tono infantil.

+ Tendrás morro.

- Vale, es que no he podido resistirme.

Confieso con la timidez de una enana cuando la pillan haciendo alguna travesura.

+ Sabía que lo harías. Por eso nada está listo.

Suelta dejándome perpleja.

- No pienso hablarte en lo que queda de camino.

Me enfurruño provocando sus carcajadas.

+ Que bien, por fin algo de paz.

Me pica.

- ¿Cuánto falta?

+ Otros diez minutos, cansina.

Y tal como ha dicho, al pasar el tiempo aparca el coche. Se baja para ayudarme a hacerlo yo, dejándome sentada sobre una roca, le siento volver a alejarse hasta el vehículo y algunos segundos después me rodea con algunas mantas que ni me había enterado que ha traído.

+ Hace frío, solo voy a tenerte aquí algunos minutillos que me hacen falta para ultimar detalles.

Besa mi mejilla.

+ Está vez no hagas trampa.

Advierte.

+ Por favor.

Súplica.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora