Capitulo 432

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Narra Malú

- Joder, Gaby.

Me quejo poniéndome de pie para ir a buscar a Camila. Mi sorpresa crece cuando veo la puerta de la habitación de Alba abierta, y escucho a mi pequeño ángel de la guarda sollozar buscando el consuelo de su hermana.

A: Anda, Cami, cuéntame por qué lloras.

~ Mami tiene un bebé en su tripa.

A: Pero eso es algo bonito, ¿no?

No puedo evitar quedarme mirando empanada como esta escena tan hermanable transcurre. Es que van a matarme de ternura.

A: Podrás jugar con el cuando nazca, y cuidarlo como lo haces con tus muñecas.

Propone.

~ No quiero jugar ni cuidar a nadie, solo a Lu.

A: ¿Y eso?

~ Andrea tiene un bebé nuevo en su casa, se llama Eduardo.

A: ¿Y que pasa, a Andrea no le gusta jugar con Eduardo?

~ No, no sabe jugar y su mamá ya no la quiere a ella, está todo el rato con el bebé.

A: ¿Te cuento un secreto?

~ Sí.

A: Tienes que jurarme que no vas a decírselo a nadie, que solo será nuestro.

Veo como enganchan sus dedos, sellando la promesa. Siempre lo han hecho, desde que las conozco. Cami es súper apegada a Alba, y ella una estupenda hermana mayor.

A: Cuando papá me contó que tú venías, yo también pensé que ya no me iba a querer más, pero el me prometió que siempre iba a hacerlo.

~ Papá te quiere mucho.

A: Si, y a ti también. Y a Lu.

~ Entonces no te mintió.

A: No, no me mintió, y a mi me encanta que tu seas mi hermanita.

~ A mi que tú, y Lu también, pero yo no quiero a nadie más.

A: Porque ahora no te imaginas lo que será tenerle, pero yo creo que también te gustará mucho, y que tú también puedes confiar en mamá y papá si te dicen que te van a seguir queriendo.

~ ¿Lo dicen de verdad?

A: Sí.

~ ¿Cómo lo sabes?

A: Porque confío en ellos.

~ Vale, yo también confío.

A: Muy bien, enana.

~ ¿Tu quieres mucho a ese bebé?

A: Mamá y papá si que le quieren mucho, Cami.

Suspira.

A: Todos los bebés merecen recibir mucho amor.

Reflexiona. Sé que le cuesta mantener esta charla con su hermana, por su propia historia, y porque ni ella misma se cree del todo sus palabras, lo que me hace valorar muchísimo más su esfuerzo.

A: ¿A que nosotras vamos a darle ese amor que merece?

~ Sí. Yo lo voy a cuidar.

- ¿Puedo pasar?

Pregunto emocionada, dando unos suaves golpecitos en la puerta.

A: Sí.

- Chicas.

Me siento junto a ellas.

- Yo sé que siempre os digo que no debéis escuchar conversaciones ajenas, pero yo hoy me equivoqué y no pude evitar hacerlo.

Admito.

- Perdonarme.

~ ¿Qué conversación?

- La vuestra.

Le aclaro a la más pequeñaja. Sé que Alba lo ha entendido.

- Y quiero deciros que papá y yo siempre vamos a amaros. Somos una familia, y a la familia se la quiere siempre.

Asevero.

- Además de que nuestro amor por vosotras no va a cambiar nunca, hay otra cosa que no va a cambiar.

~ ¿El que?

- Que a vosotras os queremos desde antes.

Ambas sonríen. La más pequeñita me da un abrazo conforme y luego de recibir algunos mimos baja a mirar la televisión.

- Gracias.

Le digo honesta.

- Quisiera que tú misma te creyeras lo que dices.

A: Intento hacerlo.

- No voy a fallarte, Alba.

Prometo recibiéndola entre mis brazos.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora