Capitulo 495

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Los días pasan a una velocidad vertiginosa. Me parece que nochevieja fue ayer y en realidad han pasado tres semanas desde entonces.

- ¿Qué te ha dicho?

Me intereso en la llamada telefónica que Gaby ha mantenido con su cuñado. Todos estamos preocupados por Dana y llevaba más de una hora hablando con él hasta que apareció en nuestra habitación.

+ Uf.

Suspira agobiado, toma asiento en el sofá y acaricia su cabeza con ambas manos apoyadas en los costados. Me siento a su lado y le rozo la cara con mi palma, buscando tranquilizarle.

Pasan algunos minutos en silencio, hasta que se dispone a hablar.

+ Tiene depresión.

Me cuenta bajito, como si mantenerlo en un murmuro ayudase a cambiar la realidad. Y es que a veces, las palabras nos golpean tan fuertemente que con el susurro buscamos ahorrarnos esa bofetada que nos da la vida y tanto duele.

+ Ahoga sus penas en el alcohol.

Continúa informándome de toda la conversación.

+ David no supo darse cuenta, hasta que cogió el coche borracha para llevar a los chicos al colegio. Se estampó con una farola. Por suerte no le paso nada a nadie.

Me quedo anonadada. No entiendo como pudo haberle pasado a Dana, siempre ha sido una mujer tan alegre.

- ¿David no lo sospechaba?

+ Es una chica lista.

Sonríe amargamente.

+ Se emborracha con vodka. No deja olor.

Me mira abatido.

+ Es Daniela, ¡joder!

Sus ojos se cristalizan. Se me parte el corazón en miles de cachitos al verle así. Es tan fuerte y ahora parece desmoronarse.

- Va a superarlo.

Le ánimo rogando estar en lo cierto.

+ Sé que lo hará.

Vuelve a posar sus ojos en los míos. Siempre hemos sabido decirnos toda la verdad con la mirada.

+ Tengo que ir a Londres.

Dispara sin tapujos.

+ Dana está avergonzada y no quiere saber nada de mamá y papá.

Expone.

+ Iré con Luis. No podemos dejarla sola.

- ¡Vaya!

Parece ser una decisión tomada de la cual nunca se me consultó.

- ¿Cuándo pensáis viajar?

+ Lo antes posible. Luis se está ocupando de los billetes.

- Está bien.

Accedo desganada. No es momento de poner pegas ni hacer escándalos.

+ Gracias... Creí que ibas a oponerte.

- No me gusta tenerte lejos.

Confieso.

- Y menos ahora.

Acaricio mi barriga.

- Pero es tu hermana, y debes ayudarla.

Acierto a decir.

+ No sé que haría sin ti.

Se me abraza como tabla de salvación. Que difícil es todo esto. Me viene grande y no quiero ni imaginarme lo que debe sentir el.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora