Capitulo 439

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Narra Gaby

+ Que te calmes, culo inquieto.

Dentro de un rato tenemos turno con la ginecóloga, si tenemos suerte, sabremos si esperamos un varón o otra mujer, y mi chica se ha pasado recogiendo la casa cuando ya estaba todo perfectamente ordenado.

- Es que no puedo.

Se queja.

- Soy un nervio.

+ Ya, si lo veo.

Con suavidad la empujo del brazo para sentarla junto a mi.

+ ¿Qué más da lo que venga? Si recibirá todo el amor del mundo.

- Lo sé, no es eso.

+ ¿Y que es lo que te tiene así?

- Mira la hora que es. No quiero prensa ni nada de eso.

Muerde su labio a punto de llorar. Solemos ir a primera hora para evitar estos problemas, pero estas semanas su doctora ha estado muy ocupada y no ha podido conseguir otro turno.

+ Pequeña, no tiene por que haber periodistas fuera y si los hay, el hospital es grande, no sabrán a qué hemos ido.

- ¿Pero que mejor que inventar que estoy embarazada y he ido a control?

+ Estrictamente hablando, eso no es un invento.

Sonrío intentando que lo haga también ella, en vano.

+ Anda, no te agobies.

La beso.

+ Propongo que pasemos antes por la cafetería y te comes unos churros con chocolate.

- No me apetece, pero vamos ya.

...

...

E: Vete preparando, Malú.

Su ginecóloga ya se ha sentado con nosotros y tras teclear algunos datos, estamos listos para la ecografía.

E: ¿Los síntomas como los llevas?

Pregunta esparciendo el gel en su barriga.

- Algo mejor.

+ Sigue vomitando mucho.

Le cuento. Mi chica no se queja, pero creo que ya debiese empezar a parar esto y aún lo echa todo por las mañanas, a veces, incluso más de una vez al día.

E: Si, iba a comentaros, has perdido peso y debieses de empezar a ganarlo.

Advierte.

E: Si dentro de un par de semanas no ves diferencia, quiero que vuelvas a verme.

- Vale.

E: Mirad, aquí está.

Desvío mis ojos a los de mi chica, que mira la pantalla emocionada.

E: Y muy a gusto me parece, porque no me deja verle.

- Jo, yo ya quería saberlo.

Eva presiona el ecografo contra su vientre, intentando molestar al bebé para que se gire, pero aún es muy pequeño y no lo consigue.

E: Lo siento chicos, la próxima vez veremos si hay más suerte.

+ ¿Todo lo demás está bien?

E: Perfectamente. Me preocupan las náuseas de Malú, pero el tamaño del bebé está bien.

Ambos nos dedicamos una sonrisa cómplice y tras agradecer a la doctora, salimos al coche cogidos de la mano.

+ Creo que tendré que cuidar más de ti y alimentarte bien, a ver si empiezas a ganar peso de una buena vez.

- No estaría mal.

Dice chula.

- Muy abandonada me tienes con tanto curro.

+ Que morro.

- Las nauseas no son mi único síntoma.

Asegura con picardía.

- Y trabajas tanto que me he visto en la obligación de satisfacerme sola.

Su tono me enciende en un instante.

- De eso también debieses ocuparte.

+ No sigas, porque aparco el coche aquí mismo para hacerte mía.

Amenazo sin apartar los ojos de la carretera.

- Vamos a casa.

Ordena con una risa fresca.

- Pero date prisa, o me voy a montar sobre ti mientras conduces.

Apoya su mano en mi pierna, arriba, demasiado arriba, ¡Uf, joder, Malú!

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora