Solo el amor nos salvará (tercera parte)

Capitulo 498

Los llantos de Lucia me obligan a levantarme, agotada. Ayer acabé por quedarme dormida hablando con Gaby. Ni sé a qué hora habrá sido eso. Alba se fue a su habitación poco después de que el llamara y nosotros nos quedamos charlando un rato largo. Por suerte me contó que encontró a Dana mejor de lo que él esperaba. Se la veía contenta de tener a sus hermanos allí.

- ¿Qué pasa, bichito?

Pregunto cogiéndola en brazos.

= Yuyu.

- ¿Has tenido una pesadilla?

Asiente pasando su manita por sus ojitos adormilados.

= Momir mami.

Me alivia saber que la pequeña quiere dormir otro poco, por lo que me la llevo a la cama conmigo encantada. Yo también necesito más horas de sueño, la tumbo en el lado de Gaby y no tarda nada en volver a quedarse frita cogida de mi mano.

= Bibi.

Siento sus caricias por mi cara mientras me pide el desayuno.

- Ya voy.

Anuncio remolona.

= Bibi.

Exige sin darme demasiado tiempo para desperezarme.

- Vamos a la cocina, tormento.

Preparo su desayuno y un Cola Cao para Cami que se sienta en una banqueta junto a la isla pocos minutos después.

Estoy exprimiendo naranjas para beberme un zumo cuando se me ocurre prepararle el desayuno también a Alba, agradeciendo el gesto que tuvo ayer.

~ ¿Podemos jugar en el jardín?

- Hace mucho frío, angelito, jugar dentro y más tarde nos abrigamos y salimos con las perras, ¿si?

~ Está bien. ¿Podemos disfrazarnos con tus cosas?

Adoran cuando les dejo algunas de mis pertenencias para ese fin.

- Vale, ahora os busco algo.

A ambas les brillan los ojitos de la felicidad. Suben entre trompicones las escaleras para llegar a mi habitación y divertirse como si estuviesen en el parque de atracciones.

Tras dejarles lo que me han pedido y llenar los cuencos de las mascotas subo con la bandeja en dirección a la habitación de Alba. Nada mola más que ser despertada con el desayuno y aunque aún es pronto, prefiero adelantarme a que sea ella la que se aparezca abajo.

- Alba.

Le hablo bajito apoyando la bandeja en su cama.

- Despierta cielo, tengo una sorpresa para ti.

Acaricio su cuerpo cubierto completamente.

- Venga, remolona.

Se remueve sin sacar la cabeza de debajo del edredón.

- Mira lo que te he preparado.

Insisto cariñosa.

A: Mamá, ¿Qué haces aquí?

Pregunta con la cara desencajada entrando en su habitación.

La miro y luego devuelvo mis ojos a su cama. Si mi hija no es la que llevo un rato acariciando, ¿Quién hay ahí?

A: Creo que voy a mudarme con Pepi.

Dice entre dientes cuando el pelo de Iván empieza a aparecer.

Que os gustaría que pase en el viaje (A Gaby en Londres o a Malú o las chicas en Madrid)