Solo el amor nos salvará (tercera parte)

Capitulo 440

Narra Malú

~ ¿Juegas conmigo, mami?

- Vale, pero algo tranquilo, que pueda jugar desde aquí.

Sentada en el sofá, señalo a Lucia que se ha quedado dormida apoyada en mi regazo, y Chanelo a sus pies.

~ No, en el jardín.

- Luego salimos, Cami, ahora aquí.

~ Pero yo quiero salir.

- Pues ve tu, yo te miro.

~ No.

Piensa por unos segundos y se acerca a los libros.

~ ¿Me lo cuentas?

Apoya en mis piernas su cuento favorito.

- Trae.

La ayudo a acomodarse mejor y con toda su atención en los dibujos, leo las páginas del colorido libro.

+ Os veo muy a gusto.

Aparece por el salón.

- Lo estamos, ¿a que sí, angelito?

~ Si. ¿Quieres escuchar el cuento?

+ Ahora no puedo, reina, me voy al gimnasio.

~ Ya.

+ Debiésemos de despertar a Lucia o esta noche nos dará guerra.

Lleva más de dos horas durmiendo, tiene razón.

- Ya, ahora acabo el cuento con Cami y la despierto.

+ Vale.

- ¿Preparas tú la cena?

+ Si, cuando regrese.

- Me apetecen macarrones.

+ Vale.

Deja un casto beso en mis labios y otro en la cabecita de Camila, acaricia con prisa a las perras que le siguen hasta la puerta y la cierra tras el.

- ¿Me ayudas a despertar a este bicho?

Le pregunto a la niña, cerrando el libro que estaba leyendo. Hemos pasado un rato estupendo solas y ahora toca incluir a Lucia.

~ Si.

- Lu.

La remuevo con delicadeza.

- Lucia... despierta bichito.

Hablo suavemente, consiguiendo que se remueva adormilada, sin intención de hacerme caso.

~ Despiértate, Lu.

Acaricia a su hermana, que responde con un manotazo haciéndola llorar.

- ¡Lucia!

La regaño. Apegando a Cami a mi cuerpo, y poder dejar un beso en su frente.

La enana se echa a llorar, montando una rabieta y repartiendo patadas por donde caigan. Poco le falta para tirar al gato al suelo.

- Que te calmes, Lucia.

= Momir.

Girta enajenada.

- ¡Au!

Me quejo cuando uno de sus pies azota con demasiada fuerza en mi barriga.

~ ¿Mami?

Me mira asustada cuando ve mis ojos empapados, producto del dolor.