- ¿Qué escondes, Alba?
Repito la pregunta atacada. No puedo olvidarme de la noche que encontré una caja de laxantes entre su ropa, y todo lo que vino después. Intento mantener la calma, pero creo que hay temores que saltan a la primera.
P: Ten, cariño.
Mamá me quita el jarabe de las manos y se lo entrega a mi hija.
P: Págalo tú, luego yo te devuelvo el dinero.
Le pide perspicaz.
P: Y tú y yo yo vamos a mirar ya esos vestidos, que no tenemos tiempo que perder.
Sin darme tiempo a rechistar, me tira con ella fuera de la farmacia y camina por el centro comercial como si nada estuviese pasando.
- ¿Se te ha ido la cabeza? ¿Sabes lo que puede estar ocultando mi hija?
Me exaspero.
- Laxantes, test de embarazo, la píldora...
Enumero agobiada.
P: Podría estar comprando todo eso.
Me mira directamente a los ojos transmitiéndome la calma que necesito.
P: Pero está comprando condones.
Ríe haciendo que yo también lo haga. Suelto una bocanada de aire que estaba reteniendo. Y vuelvo a sonreír, negando por lo nerviosa que he llegado a ponerme, he pensado en todo, menos en eso.
P: Haces bien en preocuparte.
Sentencia.
P: Aunque es normal que le de vergüenza comprarlos frente a ti.
- Ya... es tan difícil ser madre de una adolescente... a veces siento que me viene grande, menudos sustos me ha dado esta chica.
P: Es difícil, si.
Concuerda.
P: Y es precioso.
Reflexiona.
P: Porque luego vendrá, tú te harás la tonta y verás la sonrisa más verdadera del mundo en su rostro cuando su cabeza esté únicamente en tu vestido...
No pongo en duda que así será.
P: Y porque llegará por las noches a tu habitación, contándote sus sentimientos y buscando tus consejos... porque te quiere con todo su corazón y sabe que tú eres su gran apoyo.
Sus palabras me guían, y sus ojos denotan nostalgia.
P: La admiración de un niño por sus padres es maravillosa, pero es falsa, es una idealización...
Explica.
P: En cambio los adolescentes, han dejado de pensar que eres perfecta, y cuando aún así te buscan, sabes que estás haciendo las cosas bien, y eso, Malú, es un triunfo en la maternidad.
Mamá me hace emocionar, siempre va impartiendo su sabiduría. Y yo la necesito... sus enseñanzas, sus consejos... No sé que haría sin mí madre.
P: Uy, esas hormonas, hija.
Sonríe enternecida cuando nota que con el lateral de mi mano impido la caída de una lagrima traviesa que pretendía escapar.
- Vamos a comprar ya.
Suplico.
- Que como me sigas hablando de la maternidad tendremos que nadar en busca de ese vestido.
Hago burla a mis propias emociones. Que pesada me tiene el embarazo. No hago más que lloriquear.
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Solo el amor nos salvará (tercera parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia, pero es la misma (primera y segunda parte en el perfil). Espero que os siga gustand...