Capitulo 598

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+ Wow.

Su mirada me recorre con deseo.

+ Estas increíble.

Siento como mis mejillas se sonrojan producto de su alago. Lejos de acostumbrarme a sus piropos, sigo bajando la mirada como la niña tímida que siempre fui.

- Tu también estás muy guapo.

Aseguro recolocando su impoluta camisa. Necesito mantener los ojos en algo y mis manos ayudan en esta innecesaria misión.

+ Este mono te queda tan bien que te lo arrancaría con los dientes.

- Quieto ahí, fiera.

Río.

- Primero cenamos y luego viene el postre.

+ O podemos empezar por el postre.

- De eso nada.

Beso su boca hasta quedarnos sin oxígeno. Le tengo muchas ganas. Me roba una carcajada cuando sus dientes mordisquean mi labio inferior al separarnos.

+ Te como los morros, más rico y económico.

Le doy un guantazo.

- Mira si serás tonto.

Tras un par de besos más y despedirnos de las chicas, salimos de casa. De no hacerlo ahora, acabaremos entre las sábanas antes de tiempo.

Conduce con una mano, y la otra la entrelaza a la mía. La voz de Alejandro nos acompaña con una preciosa balada y las estrellas parecen brillar con más intensidad para acompañarnos. Se ha quedado una noche estupenda.

+ Es aquí.

Señala sin detenerse. Tendremos que buscar aparcamiento. Un conocido le recomendó el local y desde fuera se ve prometedor.

+ No está mal, podemos ir dando un paseo por el parque.

Propone y yo acepto encantada. Me apetece mucho pasar una bonita velada con él.

+ Hey, espera.

Me llama antes de salir del coche. Coge una cajita que reconozco.

- No me digas que eres tan cutre de regalarme un brazalete mío.

Río.

+ Que graciosa estás hoy.

Niega con una deslumbrante sonrisa.

+ La he traído para hacer algo simbólico.

Me explica abriéndola y dejándome ver que esta vacía.

+ Vamos a dejar aquí todas nuestras preocupaciones.

Simula dejar algo sobre la tela aterciopelada del interior.

+ Vamos a dedicarnos a divertirnos.

Me la cede para que yo imite su acción.

+ Y a querernos mucho.

Una sonrisa boba tira de la comisura de mis labios. El no sabe lo feliz que me hacen sus detalles.

- Te como tu cara.

Me lanzo a besarle como una leona que ataca su presa. Degusto su sabor, haciendo que nuestra temperatura suba por segundos.

+ Salgamos de aquí, si no quieres que nuestra cita acabe antes de empezar.

Me dice lleno de lascivia. Entrelazo mis dedos con los suyos y dejamos huellas por las calles de Madrid.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora