A: ¿Y mamá?
P: Ahí dentro, probándose.
Escucho como Alba le pregunta a Pepi por mi.
A: Gracias por sacarme del marrón.
No puedo verla, pero aseguro que sonríe ruborizada.
P: Que no pasa nada, es natural que tengáis relaciones y esta muy bien que uséis protección.
A: Ya, si lo sé, y mamá también... pero es que no me esperaba que me pille comprando... bueno, ya sabes.
P: Condones, niña, las cosas por su nombre.
Espeta con total naturalidad.
P: No te escondas tanto, a tu edad yo encontré a Malú en plena faena y el chiquillo no era ni su novio ni na'.
Su característico acento sevillano sale a relucir y yo me muero de vergüenza al recordarlo.
P: Pepe y yo regresamos antes de un viaje y tú madre estaba en nuestra cama.
La escucho soltar una carcajada.
P: Mira si no habrá sido sin vergüenza. Menos mal que Pepe pasó directo al estudio que teníamos en casa.
Yo no puedo creer que mi madre le cuente estas cosas a mi hija adolescente.
A: Si a mi eso me llega a pasar, ¿puedo mudarme contigo?
Pregunta graciosa.
- ¡Basta ya! Que os estoy oyendo.
Intervengo.
- No te pases de lista.
Miro a Alba.
- Y tú mamá deja de dar pormenores de aquel día.
Vuelvo a sentir que me ruborizo, han pasado años desde entonces, pero jamas volví a mencionar el tema con mi madre.
P: Mira, si se sigue poniendo colora'.
Me señala con sorna.
- ¡Dios!
Me quejo.
- Podéis verme ya el vestido y dejar de hablar de esto.
P: Ya, si aquí ninguna es ángel ni virgen.
La capulla disfruta al saber que Alba y yo queremos meter la cabeza bajo tierra, ojalá ser un avestruz ahora mismo.
A: Estas preciosa, mamá.
La adolescente busca cambiar el tema tanto como yo.
P: Lo siento, es que es veros las caras y reír.
Se disculpa. Ruedo los ojos y me giro hacia el espejo, mirando insegura la prenda que cubre mi cuerpo.
A: Te hace ver un poco pálida.
Ahora si, ambas se centran en mi.
P: Si, prueba con aquel.
Señala otra de las opciones.
- Vale.
A: Es verde.
Su cara es un cuadro.
- Sí, ¿ah que es súper bonito?
A: Que no será la gran boda, pero eres la novia, no puedes casarte de verde.
- Ya, es que con esta tripa el blanco me sienta fatal.
P: Que no.
Le da la razón a Alba.
P: Vamos a por otros blancos.
Sin dejarme rechistar desaparecen por la tienda, pidiéndole al dependiente más vestidos.
Yo me pongo otro que ni les enseño. Me queda fatal.
- Nada me gusta.
Le comento a mi madre frustrada.
- Me veo gorda y ridícula.
P: De eso nada, chiquilla. Cuesta verse bien a una cuando el cuerpo va cambiando, pero estas monísima.
Asegura.
A: Este.
Mi hija regresa con un vestido en la mano y la cara llena de ilusión. No es lo que creía que usaría, pero es precioso. Sonrío agradecida, aún no me lo pongo, pero sé que lo escogeré.
Me lo pruebo y ninguna dice nada. Ambas me miran embelesadas. Doy un giro sobre mi misma para lucirlo y sonrío.
- Vamos a pagar.
Digo decidida cuando vuelvo a mi chandal.
P: Ahora la lencería.
- No.
P: Claro que sí, hija. Tendrás que seducir a tu marido con un conjunto nuevo y resaltar tus encantos.
No pierde la oportunidad de hacerme ruborizar una vez más. Estoy segura que lo hace a posta. Puedo ver como se está esforzando por no explotar en una carcajada.
P: Cambiar esas caras, como si fuese un secreto que hacéis el amor.
Dispara sin tapujos. ¿La puedo matar?
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Solo el amor nos salvará (tercera parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia, pero es la misma (primera y segunda parte en el perfil). Espero que os siga gustand...