Capitulo 581

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+ ¡Joder!

Grito exasperado.

+ Dime que no salió por esa puerta.

Le ruego, sintiendo como me falta el aire.

A: Que no sé, papá.

Me mira con pánico en los ojos.

A: Fui a su habitación a echarle una mano y vi la carta.

Su mirada se llena de lágrimas. Carmen ya está aquí con Lucía en sus brazos y tampoco ha visto a la pequeña. Danka no deja de ladrar, como queriendo darnos una información que somos incapaces de entender.

+ Voy a salir a buscarla.

Anunció cogiendo las llaves del coche que descansan en el recibidor.

+ No puede estar muy lejos.

Asevero, intentando creerme mis propias palabras.

A: Voy contigo.

Recorremos las calles en silencio. Madrid se viste de penumbra y mi corazón late cada vez más rápido. Las farolas encendidas son nuestras aliadas y por la ventana ambos gritamos el nombre de la pequeña a medida que avanzamos.

+ ¡Cami!

A: ¡Camila!

+ ¡Cami!

A: ¡Cami!

+ Llama a la abuela.

Le pido, voy conduciendo y atento a ver si la nena aparece por algún sitio. De momento sólo hemos conseguido llamar la atención de las pocas personas que andan por los alrededores. Nadie la ha visto.

A: ¿Para que?

Me encojo de hombros.

+ No conoce de memoria demasiados caminos.

Quiero creer que sigue su escaso sentido de ubicación y ha optado por ir por alguna ruta conocida, ya sea la casa de mis padres o de Pepi.

Alba llama a ambas abuelas, pero únicamente sirve para alarmarlas, la niña no ha aparecido por ninguna de sus residencias y yo empiezo a desesperarme.

A: Papá, hay que avisar a la policía.

Suspiro dándole la razón con un gesto. Conozco estos casos y no hay mucho que puedan hacer hasta que no transcurran veinticuatro horas.

A: Y a mamá.

Murmura.

¿Cómo le digo a Malú que nuestra hija de seis años se fugó de casa para ir a buscarla a Valencia?

+ No, primero vamos a encontrarla.

Asevero.

+ No puede haberse ido demasiado lejos.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora