Capitulo 438

344 20 2
                                    

Entre el buen rollo y que se ha quedado una tarde estupenda las horas se nos pasan fugaces. Acabamos por pedir unas pizzas para cenar y luego se irán a casa.

A: Hola.

Nuestra primogénita saluda algo cortada. Aún lo hace frente a mis amigos conocidos, Alejandro es el único que ha conseguido ganarse su confianza.

- ¿Qué tal, cielo?

A: Bien, y ¿vosotros?

- Genial.

V: Ven aquí y dame un beso en condiciones.

Pide Vanesa, apartando la guitarra que tenía entre sus manos. No hemos podido evitar ponernos a cantar un rato.

La mayor de nuestras hijas lo hace tímida, y luego reparte besos a Pablo y Melendi.

A: Me voy a mi habitación.

Anuncia cuando la malagueña recupera el instrumento y le da otra vez a las cuerdas.

- Puedes quedarte.

Aseguro. Sé que le hace mucha ilusión, admira muchísimo a los artistas que tiene delante.

+ Te hago sitio aquí.

M: Ten.

Le ofrece la pizza, aunque Alba se niega.

A: Menuda fantasía.

Susurra cuando nos hemos vuelto a lanzar con las canciones.

A: La que liarían en redes si alguien supiera de esto.

Escucho como comenta en el oído de su padre que responde dándole la razón. Sé que arderían, pero los momentos que más mágicos, son estos, que no se comparten.

M: Señores, yo ya me marcho.

V: Y yo con el, que hemos venido en su coche y tiene que llevarme a casa.

PA: Puedo llevarte yo luego.

- Aún es pronto, quedaros.

M: No puedo, Lula.

Dice ya de pie.

M: Que Julia también estará por volver a casa con las enanas.

- Vale.

Acepto desganada. Me ha encantado tenerlos por aquí, a veces puede pasar mucho tiempo hasta que volvemos a reunirnos.

V: Cuídate, ¿eh, cariño?

- Tu también, y venid a verme más a menudo.

Les pido.

V: Mantennos al tanto de cómo va creciendo ese garbanzo.

PA: Ala, pero si se ha hecho súper tarde, ¿en que momento?

Se queja mirando su reloj.

M: Después de que te acabaste tres cervezas.

Ríe y nosotros con él.

PA: Salgo con vosotros.

M: Gracias, chicos.

Da un apretón de manos a Gaby. Y de mí se despide con un abrazo protector. Pablo imita la acción.

- Me ha dado gusto verles.

A: ¿Mamá, como no me avisas cuando te montas estas reuniones?

Se queja.

A: Que casi me da algo cuando he llegado y les he visto aquí.

Río enternecida.

- Pero si no muerden, hombre.

A: ¿Sabes lo que impone llegar a tu propia casa y encontrarte con menudo festival?

+ A mi me pasó igual, cielo, volví de currar y estaban en la piscina.

A: Tu no eres fan.

Se queja. Gaby ríe, es cierto que para él solo ha sido la sorpresa de llegar con gente a casa.

A: ¡Vaya tela!

Hace aspavientos.

- Venga, si no es para tanto. ¿Te has divertido?

A: Mucho.

+ Malú, creo que esto será de Vanesa.

Recogiendo las últimas cosas, me enseña unas gafas de sol que no reconoce como mías.

- Sí, mañana la llamo para que venga a por ellas.

Las guardo.

- Y ahora por favor, vamos a dormir.

Suplico haciéndoles reír. Es demasiado pronto, pero el sueño me gana la batalla a todas horas.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora