Capitulo 502

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P: ¿Vas a contármelo?

Inquiere mi madre, haciéndome levantar la vista del plato a sus ojos.

P: Imagino que no me habrás hecho venir para que te mire jugar con el tenedor en el puré.

- No tengo hambre.

P: Eso ya lo veo. ¿Por qué?

- Soy una mala persona.

Confieso.

P: ¿Qué tonterías dices?

- Ayer le pedí a Gaby que regrese a casa.

Bajo la mirada algo avergonzada.

- Ya no puedo más, mamá.

Me rompo.

- Estoy de siete meses, Lucia se porta fatal, el susto de muerte que me dio ayer Danka, las hormonas... No lo sé, el cúmulo de todo, no puedo sola.

Sollozo.

P: ¿Qué ha pasado con Danka?

- Se me cayó la lejía y no tuvo mejor idea que lamer el suelo.

Le cuento asumiendo que entenderá la angustia que sentí. Por suerte fue solo un susto y aunque nos pasamos la mañana en el veterinario, volvimos a casa con mi gorda perfecta.

P: No me habías dicho nada.

Me encojo de hombros.

- Necesito a Gaby conmigo.

P: Eso no te hace mala persona, mi niña.

Asegura comprensiva.

P: Has aguantado lo que has podido, y tú conoces tus límites.

- Es que justo hoy viene Erika y me agradece por permitir que el esté allá, ayudando a su hija.

Vuelve ese nudo en la garganta que tantas veces he sentido estos días.

P: Estoy segura que no buscaba manipularte, Malú.

- Claro que no.

Me apresuro a responder.

- Pero es que me siento egoísta.

P: No lo eres.

- Mamá, si a las chicas les pasara algo, yo daría todo por poder ayudarlas. Erika es una madre desesperada sin poder ser ella la que acompañe a su hija en el momento más duro de su vida.

Reflexiono.

- No puedo permitir que Gaby la deje si Dana lo necesita.

Recapacito y me levanto dispuesta a llamarle antes de escuchar lo que mi madre tenga para decir.

+ Pequeña.

Su voz dulce al cogerme la llamada me inunda los ojos otra vez. Le echo tantísimo de menos.

- No cambies el boleto... Quédate lo que haga falta.

Me ahorro los saludos.

+ Ey, mi amor. ¿Qué ha pasado?

- No podría perdonarme que Dana hiciera alguna locura, si te necesita debes estar con ella.

Renuncio a mi pedido de hace menos de 24 horas.

+ Tu también me necesitas.

Mi mentón empieza a temblar. ¿Cómo insistir en que haga lo correcto cuando todo mi ser quiere suplicarle que regrese a mi lado hoy mismo?

- Estaré bien.

Prometo con un hilo de voz.

- Es solo que me haces falta.

+ Y tú a mí, bonita.

Puedo oírle sonreír.

+ ¿Sabes que tienes el corazón más grande del mundo?

- Lo tienes tu.

+ No, tú.

- Mi corazón... lo tienes tú, es tuyo.

+ Cielo...

Rompo a llorar. Jamas pensé que un viaje de dos semanas me vendría tan grande.


Que pensáis?? Gaby se quedará en Londres o regresará antes a Madrid?

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora