Capitulo 528

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No tarda demasiado en volver a por mi. Han sido pocos minutos, pero el frío me hace temblar.

+ Jo, lo siento, pequeña.

Se disculpa al notarlo.

+ Lo he hecho con toda la prisa que he podido.

Se excusa.

- No pasa nada, es que sentada con el viento me he quedado helada.

+ Ven aquí.

Vuelve a guiarme, sigo con los ojos vendados. Pero se ocupa de frotar sus manos en mis brazos, teniéndome pegadita a él, para darme calor. Me gustan sus detalles.

+ Siéntate.

Me pide abriendo la puerta del coche. Disfruto de la calefacción que ha mantenido encendida.

+ Y ahora quítate esto.

Por fin me deja ver. Me encuentro con los vidrios llenos de post it con mensajitos románticos, dejando ver las preciosas vistas de Madrid que se cuelan por los espacios sin cubrir, nuestros asientos acomodados hacia atrás y varias almohadas y mantas, una bandeja con nuestra cena y el iPad colocado para ver una peli que hace días insisto en que me apetece ver.

- Yo te tengo que querer.

Espeto anonadada. Se lo ha currado, sí.

- Me encanta.

Acaricio dulcemente su mejilla. Mi tripa ruge exigiendo comida y rompiendo la magia del momento, por lo que los dos explotamos en una carcajada, y a medida que vamos devorando la hamburguesa, me dedico a leer cada una de esas frases tan bonitas que han salido de su corazón.

- "Tú me sabes desnudar sin quitarme la ropa".

Le miro arqueando una ceja. Esas palabras no son suyas.

- "Tu jamas has querido cambiarme, siempre me dejas equivocarme", "Eres la chica perfecta, ¿Qué más te puedo decir?" "Eres la chica perfecta, para mi".

Leo en voz alta, muerta de amor.

- Melendi podría cobrarte por derechos de autor.

Le pico, graciosa. Es una canción preciosa, aunque nada me gusta más que leer lo que sale directamente del alma de mi chico.

+ Te equivocas.

Ríe.

+ Fui yo quien la escribió pensando en ti, y se la regalé.

- Jaja.

Exploto en una carcajada.

- Estas fatal, cariño.

+ Que va, me quedaba sin ideas y tú me estabas esperando en casa. La radio también ha ayudado.

Confiesa.

- Me encanta.

Prometo. Acortando nuestra casi inexistente distancia con un beso.

+ Sabes a patatas.

Ríe al separarnos.

- No se por qué.

Me encojo de hombros llevándome otra a la boca.

+ Venga, vamos a ver esto.

Propone acomodándose conmigo entre sus brazos. No se me podría haber ocurrido un mejor plan para esta noche.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora