Capitulo 533

309 21 2
                                    

Narra Gaby

Salgo a avisar a mis padres, a Pepi y a José que Sofía ha llegado a nuestras vidas. He tardado un poco en hacerlo, pero Malú y yo necesitábamos un ratito nuestro, aunque no estuviésemos solos. Para nosotros el tiempo pareció ralentizarse, los doctores, enfermeras y celadores desaparecer y únicamente existimos ella, la pequeña y yo.

+ Ya nació.

Anuncio orgulloso, recibiendo las felicitaciones de todos.

+ Las dos están perfectamente.

Tras dejar a la pequeña Sofía en los brazos de Malú, y darnos unos minutos para presentarnos a esa personita que siempre nos tendrá acompañando sus pasos, le han realizado las pruebas pertinentes y atendido a su madre.

+ Es súper pequeñita, pesó 2,800 kg.

Les cuento enternecido. No llega a los tres kilos, pero cada gramo es puro amor.

S: Que ganas de conocerla.

P: ¡Enhorabuena, papá!

Pepi desprende alegría.

Mi madre me abraza, y yo me echo a llorar como un niño chico en su hombro. No dice nada, no hace falta que lo haga, únicamente me permite descargar la tensión que lleva nueves meses acompañándome. Nunca le mencioné el miedo que me daba que a Malú le ocurriera algo en el parto. Perdí a Amanda cuando me dejó a Lucía y pensar en que la historia pudiese repetirse me parecía aterrador. Pero ella me parió, me vio crecer y me acompañó en el dolor, no fue necesario decir nada para que lo supiera.

Narra Malú

Recién me han subido a planta. Acaricio la diminuta mejilla de Sofía que succiona mi pecho, observándola con detención, buscando aprenderme de memoria cada detalle de mi niña.

+ Va a ser una tragona como tu.

Me pica sin siquiera mirarme. Igual que yo, esta embobado en nuestra hija.

- Pobrecita, que todavía no me sube la leche.

+ Con el calostro está súper bien.

P: Yo os como a las dos.

Mi madre tampoco aparta la mirada de su nueva nieta. Ni la mirada, ni los brazos, ni nada. Solo me la ha cedido porque Sofía se quejaba de hambre, pero desde que la conoció, hace solo algunos minutos, se la acaparó entera para ella, apenas dejando que los demás la cojan.

E: Voy a acompañar a Sergio y a José.

Han bajado a la cafetería a comer algo. Para ellos la noche fue casi tan larga como para nosotros.

E: Así os dejo un poquito de privacidad, que amamantar es súper especial.

Recuerda mirando a Gaby.

E: ¿Os traigo algo?

P: Yo te acompaño.

Agradezco que nos dejen, aunque sólo sean unos pocos minutos.

+ No, cuando volváis me voy a casa y ya desayuno algo allí. Las chicas están deseando venir a conocer a su hermanita.

Fue él quien llamó a avisarlas. Yo también me muero por tener a nuestras otras hijas aquí.

+ Gracias.

Me mira embelesado. Le devuelvo una sonrisa, no sé a qué se refiere, pero supongo que por convertirlo en padre otra vez.

+ Me haces el hombre más feliz del mundo.

Hago morritos, pidiéndole un beso. No tarda en unir nuestros labios. Los suyos me saben al mismísimo paraíso.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora