Capitulo 515

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Narra Malú

Me arrastro por la puerta hasta que apoyo el culo en el suelo y me echo a llorar como una niña chica a la que acaban de arrebatarle su juguete favorito de las manos.

Danka no tarda en aparecer, para quedarse a mi vera.

Lloro de rabia. Lloro de pena. Lloro de dolor.

Quisiera salir a perseguirle y prometer que todo fue un gran error, que me acune entre sus brazos y volver a casa juntos, entre besos y trompicones para que me haga el amor hasta desgastarnos la piel. Pero estoy decepcionada. Quizá Gaby no es tan perfecto como yo pensaba.

Entre pensamientos tortuosos y lágrimas saladas pierdo la noción del tiempo. Es el sonido de mi móvil el encargado de sacarme del letargo, aún así, prefiero ignorarlo, ahora no me apetece hablar con nadie.

- Que insistencia, Verónica.

La atiendo de mala gana. He acabado por cogerlo tras varios intentos de mi amiga. Puede ser importante.

V: Vaya mala hostia. ¿Qué te pasa?

- Que me has llamado seis veces.

Reprocho.

V: Vale, adiós.

Se despide malhumorada.

- Vero, espera.

Intento retenerla.

- Lo siento.

V: ¿Qué te pasa?

- Gaby volvió de Londres.

V: Tia, pero si vas a estar echando polvos toda la tarde apaga el móvil, que una no tiene como adivinar que va a interrumpiros.

Se excusa llena de picardía.

- Le he echado de casa.

Se me escapa un puchero que rompe mi voz.

V: ¿Tu estás tonta? ¿Qué has hecho qué?

Narra Gaby

+ Ya me voy.

Anuncio tras acostar a Cami y Lu. Por suerte, a mis hijas si les ha hecho ilusión tenerme en casa y no se han separado de mi en toda la tarde.

Alba a pesar de recibirme cariñosa ha intentado evadirme un poco. Lo hace cuando sabe que voy a regañarla, el problema es que no sé por qué tendría que hacerlo. Malú no me ha contado nada desde hace días.

- ¿Dónde vas a dormir?

+ ¿Te importa?

Niega mordiendo su labio inferior, en una lucha que mantiene con sus gestos para no dejar escapar una lágrima. A veces es tan orgullosa. Como si yo no la conociera.

Lo que más rabia me da, es que daría lo que fuera por ser yo quien se las limpie.

- Mañana me voy a Valencia.

Anuncia dejándome perplejo.

- ¿Puedes ocuparte de las chicas?

+ Lo llevo haciendo desde hace 18, 5 y 3 años.

Le recuerdo irónico mencionando sus edades.

- Hace algunos días parecía que se te olvidaba.

Musita. Aunque puedo oírla, decido ignorar su comentario. Solo traerá más peleas.

+ Suerte con Verónica. A ver si ella si es capaz de darte esa contención que tanto necesitas.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora