Capitulo 505

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- Me tienes de los nervios.

Saludo a Vanesa con dos besos. El frío se sus mejillas confirman las bajas temperaturas que hay fuera.

Va: Lo siento, amiga.

Se disculpa quitándose el abrigo.

Va: Pensé que sabías lo que pasa y te hacía gracia darnos una "sorpresa".

Ironiza esta última palabra mientras hace las comillas con sus dedos.

- No tengo idea de que me hablas, pero Melen también me ha escrito y me tenéis ataca'.

Admito.

- ¿Quieres un té o alguna otra cosa?

Ofrezco entrando en la cocina. Debo ser buena anfitriona aunque esté nerviosa. Ha tenido el detalle de venir a hablar conmigo personalmente y es lo mínimo que puedo hacer.

Va: Nada.

Tira de mi brazo para pararme y señala el sofá.

Va: Mejor vamos a sentarnos.

Cada minuto que pasa me gusta menos lo que tendrá para decirme.

Va: Joder.

Pronuncia inquieta, buscando las palabras acertadas en su cabeza.

- Vane, vas a matarme, suéltalo ya.

Va: Es Alba.

- ¿Qué pasa con Alba?

Va: Parece tener tus genes, aunque algo más atrevida que tú.

La miro confundida.

Va: Canta como los dioses.

Sonrío. Si que tiene una voz preciosa, aunque se corta bastante al hacerlo si yo estoy presente.

- No te estoy entendiendo, Vanesa.

Apostaría que su cara de pocos amigos no es para contarme que le ha tocado escuchar cantar a la mayor de mis hijas.

Va: Vengo de grabar las audiciones a ciegas de la voz.

Me cuenta.

Va: Te llame al subirme al coche.

- Ya me cuentas cómo va tu equipo, primero aclárame lo de Alba, ¿qué pasa con ella?

Va: Joder, Malú.

Su mirada me transmite compasión.

Va: Se presentó a las audiciones.

Titubea por los nervios sin saber cuál será mi reacción.

Va: Nos giramos todos.

Supongo que me lo cuenta para que me sienta orgullosa.

Va: Y me eligió a mí.

El silencio reina entre nosotras.

- ¿Que Alba hizo qué?

Pregunto incrédula tras unos segundos que me ha tomado procesar la información. No me lo creo.

Va: Malú, ella no puede estar en el programa... Yo no puedo tener el mismo trato con tu hija que con...

- Claro que Alba no puede estar en la voz.

La interrumpo.

- Ni por ti, ni por mí, ni por ella.

No sería justo para mi amiga, y tampoco es la forma en que Alba debe hacer las cosas. Es mi hija y aquello implica demasiado, con lo bueno y lo malo que traiga. Tendré que hablar con ella, sola. Gaby en Londres y yo con este marrón, ¡vaya mierda!

- Me viene grande, Vane.

Confieso agobiada, llevándome las manos a la cara para esconder el llanto.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora