- Venga, ¿ya está?
Pregunto dulcemente atrapando su cara con mis manos. Perdí la noción del tiempo dándole cobijo, y no tengo idea cuanto rato hace que estamos aquí.
Sorbe la nariz una vez más y asiente con la cabeza.
- ¿Te acuerdas de nuestra charla en el hotel?
Otro gesto de afirmación.
- Creí que habíamos dejado el tema aclarado. ¿Qué cambió?
A: Ahora estás con el bombo.
- Sí... Y aquel día yo te dije que quería tener otro hijo, además de vosotras. Nunca te mentí, Alba.
A: No vas a ser capaz... y no te culpo por ello, pero es que vas a tener a tu propio bebé en tus manos y no vas a poder vernos con los mismos ojos, nosotras no somos tus hijas.
Sus ojos vuelven a encharcarse, pero ahora me habla llena de dolor, dejando la rabia a un lado.
- Imaginemos que tienes razón. ¿Qué ganas con alejarme de ti siete meses antes? ¿crees que va a dolerte menos cuando nazca y yo os deje de dar todo de mí?
A: Sí.
- Yo pienso que va a dolerte igual, y que te estas privando de este tiempo en que puedo seguir siendo tu mamá. ¿O vas a negarme que te gusta que lo sea?
Se encoge de hombros.
- Si yo fuera tu, aprovecharía el tiempo al máximo, aunque luego vaya a darme contra la pared.
Sonrío al notar la inconformidad de mi respuesta, supongo que se esperaba que negase sus argumentos.
- Ahora es tu turno.
Me mira confundida.
- Yo ya me puse en tu lugar. Ya simulé darte la razón y proponerte una solución. Ahora te toca a ti entenderme a mí.
A: Es lo que he hecho todo el día, por eso te digo que no vas a conseguirlo, yo también preferiría ser madre biológica.
- Vale. Ahora dime otra cosa, si viene un psicopata y te dice que va a cortarte un dedo, ¿Cuál prefieres que te arranque?
A: ¿Estas loca, mamá?
- Puede que un poco, y sobretodo muy cansada, pero quiero que me digas cuál escogerías.
A: Ninguno, ¡¿Cómo voy a elegir entre mis propios dedos?!
- Al índice tienes que salvarlo, es el que más se usa, y creo que luego el pulgar, y después...
A: Se te fue la olla... estás divagando.
- No...
Ha llegado el momento de explicarme.
- Tu no puedes elegir que dedo prefieres perder, porque son tuyos, es tu mano, es parte de ti.
Su mirada expresa alivio. Por fin he entrado en razón.
- Yo tampoco puedo elegir entre mis hijos, sois todos, o todas, parte de mí.
Aseguro.
- Ya te lo dije aquella vez, mi amor no se divide, se multiplica, y lo único que te pido es que me des la oportunidad de demostrártelo. Si el tiempo te da la razón, vas a sufrir tanto como si decides apartarme de tu vida ahora, pero si me la da a mi, ambas vamos a estar bien.
Propongo.
A: Es que no vas a poder, si eso es lo que me duele, yo sé que tú quieres que nada cambie, pero eso es imposible.
Vuelve a quebrarse.
- Es imposible si tú no me dejas intentarlo.
Suspira.
- Por favor.
Le ruego.
- Cada vez que te carcoman las dudas, habla conmigo. Si te agobias, recurre a mí, si los fantasmitas en tu cabeza te atormentan, búscame... porque este bebé.
Me toco la tripa.
- Va a ser tu hermano, te guste o no, y yo tú madre, aunque no lo quieras. Si las circunstancias no nos separan, no lo hagas tú.
A: La hostia que voy a darme...
- ¿Eso es un si?
A: Es un voy a intentarlo.
- No, yo quiero un si.
Le digo con voz infantil, sacándole la primera sonrisa.
A: Eres una pesada.
- Puedo ser mucho más.
Rueda los ojos.
- ¿Prometido?
A: Vas a conseguir que pueda odiarte.
Me hace reír.
- Prefiero que me odies por pesada.
A: Gracias.
- No te escapas con el agradecimiento. Prométeme que vas a dejar que te demuestre que nadie en el mundo va a ocupar tu lugar.
A: No me falles.
- Nunca.
A: Te lo prometo.
Vuelvo a abrazarla.
A: Te quiero mucho, mamá.
- Yo te quiero más.
Aseguro achuchándola, aunque la conocí grande, es mi niña.
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Solo el amor nos salvará (tercera parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia, pero es la misma (primera y segunda parte en el perfil). Espero que os siga gustand...