Capitulo 419

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A: Mamá... mamá...

Alba me zarandea sin ser brusca. Abro los ojos desorientada, está oscuro y mi cuerpo asegura que no he tenido suficientes horas de sueño.

- ¿Qué pasa?

A: Papá te está esperando.

Miro a mi lado y recién me percato que Gaby no duerme junto a mi. Aún no espabilo.

A: En la playa.

- ¿Pero que hora es?

Pregunto en una mezcla de quejido y confusión.

A: Las 4.

- ¿Esta loco?

Se encoge de hombros con gracia. Como me haga levantar para darnos un baño en el mar le voy a echar la bronca, quería aprovechar cada instante antes de volver a Madrid, pero creo que se lo ha tomado demasiado literal. Un chapuzón en mitad de la noche no estaba en mis planes.

La falta de respuesta de nuestra primogénita me obliga a incorporar perezosa, dudo en si cambiarme o salir así, la cabaña que alquilamos da a la playa y aseguraría que a estas horas no ha escogido otra.

Me decanto por reemplazar la camiseta de mi chico que suelo usar como pijama por un vestido amplio que me quede cómodo. En plena madrugada, que no se espere producción, ademas, al mar no necesito ir guapa.

- ¿Por qué no me ha despertado el?

A: No sé.

Mentir se le da fatal y empieza a robarme la calma. Todo esto es muy raro.

A: Me pidió que te avise para que salgas y que me quede atenta a las pequeñas.

- Ya. Ve a dormir.

A: Sí.

- Yo ya salgo, con lo que sea, llama.

A: Que si, tú tranquila.

Me mira intensamente.

A: Mamá.

- ¿Qué?

A: Te quiero mucho.

Me abraza con fuerza.

- Joder Alba, me ponéis nerviosa con tanto misterio. ¿Qué trama tú padre?

Sonríe sin saber que decir. Le guarda el secreto y no va a soltarme pista.

A: Una cosa más.

Me entrega unos klinex.

A: Llévate esto, te harán falta.

Advierte incrementando mi inquietud. Ya no creo que se trate únicamente de un chapuzón.

Solo el amor nos salvará (tercera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora