Solo el amor nos salvará (tercera parte)

Capitulo 510

- No quería preocuparle.

Zanjo. De momento nuestra hija no tiene por qué saber que llevamos días sin apenas hablarnos. No reacciona nada bien con nuestras discusiones.

A: Es una lastima que no esté aquí hoy.

Le doy la razón con un gesto y muerdo mi labio inferior. Si digo algo, el nudo que tengo en la garganta se convertirá en un llanto descontrolado lleno de rabia y frustración.

- ¿Abres?

Le pido agradeciendo a mi madre, mi suegra o quien sea que esté tocando el timbre ahora mismo. Así puedo escabullirme en el baño y estar un poco sola. Necesito ese espacio.

- Joder, Sofi, lo siento.

Llevo una mano a mi barriga al sentir que se pone dura, mientras que con el filo de la otra arrastro la única lagrima rebelde que no he sido capaz de retener.

- Tu no te preocupes, pequeña, que pase lo que pase yo siempre voy a a estar aquí y voy a protegerte.

Prometo. Lleva algunos días demasiado inquieta en mi interior. Ella más que nadie siente mis nervios y yo solo le pido que no me dé ningún susto.

- Sé que he estado algo disgustada últimamente.

Converso en susurros con mi bebé.

- Y que tú lo sientes todo, aunque mereces que esté tranquila.

Me culpo.

- Pero por favor no quieras conocernos antes de tiempo.

Otra lagrima traviesa rueda por mi mejilla.

Acaricio dulcemente mi tripa, intentando encontrar esa tranquilidad que las dos necesitamos.

- Te cantaré viejos cuentos de cielos abiertos, de tantos dragones que puedes vencer. No tengas miedo, estoy aquí, tejiendo alas para ti...

Canturreo bajito.

- Esta noche sale tu nana, princesa.

Le cuento emocionada y algo dolida. Gaby no estará conmigo. Eligió quedarse en Londres con Dana.

P: Hija, ¿estas bien?

Mi madre da unos suaves toques en la puerta.

- Sí, mamá.

P: Venga, date prisa o llegaremos tarde al hospital.

- ¡Mierda!

Farfullo mirando mi reloj. Tengo revisión con Eva y mamá va a acompañarme. Se me ha ido el tiempo sin que me diera cuenta.

- Vamos.