All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

Quinto año: Plata

Lunes 1 de septiembre de 1975

Anoche pasé en bicicleta por tu ventana.

Fui en patines hasta tu puerta al amanecer.

Casi parece como si me estuvieras evitando.

Estoy bien solo pero tienes algo que necesito

Bueno, me conseguí un par de patines nuevos.

Tienes una llave nueva

Creo que deberíamos juntarnos

Y pruebalos, ya verás.

Era feo, pensó Sirius mientras se vendaba las piernas con fuerza. Era muy, muy feo.

Ojalá se hubiera molestado en aprender algunos hechizos de sanación, aunque no sería capaz de usarlos, a menos que quisiera que el Ministerio de Magia se presentara en su casa para exigir una explicación de por qué un mago de quince años de repente estaba jugando con la magia. Podía imaginar las miradas en los rostros de sus padres, tratando de explicar: Bueno, verá, señor auror...

No, definitivamente no. Tendría que aguantar hasta llegar a Hogwarts, donde podría escabullirse a la biblioteca y buscar algo útil. Ir a ver a Madam Pomfrey estaba fuera de cuestión. La sola idea de que alguien descubriera lo que había sucedido, especialmente un adulto , lo hacía sentir enfermo de vergüenza.

Sirius suspiró, haciendo una mueca de dolor mientras se ponía los pantalones. Solo aguantaría el viaje en tren... Al menos ya habían empezado a formarse costras. Probablemente no necesitaba preocuparse por sangrar a través de las vendas.

Su familia no habló mientras se dirigían a King's Cross. Su madre ni siquiera lo miró, actuando como si fuera invisible, como si nada hubiera sucedido. Reg había ayudado a Sirius a subir las escaleras hasta su habitación, esa noche, después de que sus padres se fueran. Todo se volvió un poco borroso después de eso, pero estaba bastante seguro de que su hermano había llamado a Kreacher y le había ordenado al elfo doméstico que hiciera algo con el sangrado. Se despertó a la mañana siguiente con vendas en las piernas, pegajosas y con costras de sangre.

No hablaron de ello. Cuando fue a buscar a Reggie, el chico estaba jugando al ajedrez solo en la biblioteca. Se fue en cuanto Sirius entró, negándose a mirarlo a los ojos. Sirius supuso que no importaba. No era como si hubiera algo que ninguno de los dos pudiera decir.

Llegaron a la estación como una familia , madre, padre, hijo y hermano, un frente unificado. Sirius se encorvó ligeramente detrás de sus padres, haciendo todo lo posible por alterar su imagen refinada: su túnica estaba arrugada y su cabello despeinado. Miraba fijamente hacia adelante, tratando de parecer aburrido mientras su madre hacía su habitual alboroto con Reggie, alisándole la corbata, alisándole el cabello y susurrándole algo en el oído. A su alrededor, los estudiantes se despedían de sus padres y hermanos. Sirius escudriñó el andén en busca de sus amigos, pero parecía que ya estaban en el tren.

Le dolían las piernas.

Cuando sus padres finalmente los liberaron, Sirius estaba haciendo muecas, apretando los dientes con cada paso y tratando de no inmutarse. No podía esperar para sentarse, con la esperanza de que hubiera suficiente espacio para apoyar los pies en el auto; había crecido unos cuantos centímetros durante el verano y, si los otros merodeadores también lo habían hecho, entonces las cosas podrían comenzar a sentirse abarrotadas muy rápidamente.

Desafortunadamente, Reggie lo agarró del brazo en cuanto estuvieron fuera de la vista de sus padres y lo arrastró hasta una cabina vacía. Sirius entró tambaleándose en el compartimiento y se estremeció cuando la puerta se cerró de golpe detrás de él.