All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

Séptimo año: Amortentia

Viernes 4 de noviembre de 1977 – 2:00 AM en la Torre de Gryffindor

—Creo que la idea de cambiar de color tiene algo de cierto —insistió James, agitando su copa al azar mientras hablaba. Afortunadamente, el contenido se había vaciado hacía mucho tiempo, por lo que no había riesgo de derrame.

—No, es demasiado obvio —dijo Sirius arrastrando las palabras, sintiéndose agradablemente cálido y reconfortado, un efecto persistente de las copiosas cantidades de whisky de fuego que había consumido. James lo había desafiado a un concurso de bebida, pero cuando terminaron la botella, habían perdido por completo la cuenta de quién había bebido más.

—Además —añadió Lily, reprimiendo un bostezo—, ¿qué les cambiamos? ¿Las túnicas?

—¡Todo su dormitorio! —Mary sonrió, balanceándose como si estuviera borracha, con los brazos sobre la cabeza. Era la única que quedaba en pie, y el poder de Nina Simone la mantenía bailando—. ¡Un cambio de imagen completo! ¡Rosa brillante!

—Pero ¿por qué rosa? —Sirius tomó un trago de su propia copa (se suponía que era brebaje de brujas, pero Remus la había reemplazado por agua hacía media hora y pensó que había sido disimulado al respecto). —A algunas personas les puede gustar el rosa.

—¡Ja, por tu cuenta, Black! —Marlene le sacó la lengua desde donde estaba acostada boca abajo en un sillón, con las piernas sobresaliendo del respaldo. Sirius se mareó al verla, con las mejillas enrojecidas por toda la sangre que se le subía a la cabeza. Pero Marlene parecía perfectamente contenta, viendo a Mary retorcerse de un lado a otro frente al fuego.

La sala común se había vaciado en el transcurso de la última hora, mientras los estudiantes borrachos se tambaleaban de regreso a sus dormitorios después de la fiesta de cumpleaños número dieciocho de Sirius. Había sido tan bullicioso y caótico como los años anteriores, pero mejor, porque este año Sirius seguía captando la mirada de Remus desde el otro lado de la habitación, intercambiando sonrisas lentas y perezosas que le hacían sentir calor en el estómago. Había estado a punto de deshacerse del resto de sus amigos y arrastrar a Moony arriba, pero viendo que era su fiesta, había decidido que probablemente eso sería demasiado arriesgado. Aún así, tal vez una vez que James y Peter se durmieran...

—Pero ¿cómo podríamos conseguir sus túnicas? —preguntó Peter, atrayendo la atención de Sirius hacia el asunto en cuestión—. Tuvimos el mismo problema en primer año, ¿recuerdas? Con el polvo pica pica.

—Ah, sí —James frunció el ceño—. Es cierto. Fue más fácil colarse en su sala común que averiguar cómo organizan los elfos domésticos la ropa...

—¿Cómo te colaste ? —preguntó Marlene, apartando la mirada de Mary para mirarlo—. No puedes haber perfeccionado un hechizo de invisibilidad a los once años...

—No nos hagas preguntas y no te diremos mentiras, McKinnon. —Sirius le guiñó un ojo y se volvió para ver a Mary bailar también—. De todos modos, hemos decidido no hacerlo.

James levantó una ceja. "Tú lo decidiste".

"¡Es mi cumpleaños!"

—Ya no lo es —dijo Peter y le arrojó un cojín a la cabeza, y Sirius lo esquivó, riéndose. Le devolvió uno y luego James se sumó a él, y muy pronto todo el grupo estaba lanzando cojines del sofá de un lado a otro, riéndose sin poder hacer nada.

—Bien —Marlene apartó de un manotazo la almohada de terciopelo que James acababa de tirar—. Me voy a la cama. —Puso las palmas de las manos sobre la alfombra y ejecutó una voltereta perfecta hacia delante, asombrosamente diestra para alguien que se había bebido casi una botella entera de brebaje de brujas.