All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

Séptimo año: Juegos mentales

Sirius no perdió tiempo en sacar a Marlene por el agujero del retrato, anunciar su presencia en la sala común y apartarse con un gesto elegante, como si fuera de la realeza. Marlene sonrió, sonrojándose por la atención, pero de todos modos encantada cuando sus amigos la rodearon de inmediato.

Por supuesto, todos necesitaban abrazarla, y James y Lily se apresuraron a tomar su bolso y su capa mientras la acompañaban hasta el sofá cerca de la chimenea. Mary parecía estar tratando de asfixiar a la pobre niña, apretándola tan fuerte que Marlene se puso un poco roja.

—¡Te extrañamos! —le dijo Mary, una vez que finalmente dio un paso atrás.

—¡Ya lo veo! —Marlene sacudió la cabeza—. ¿Se han aburrido todos sin mí?

Se sentaron frente al fuego, ignorando las miradas de sorpresa de un grupo de estudiantes de tercer año que estudiaban en la esquina. Remus se acercó y se sentó en uno de los sillones en las afueras del grupo, con una mirada ligeramente cautelosa en sus ojos. Sirius miró hacia atrás, pero parecía que Christopher ya había desaparecido, lo que probablemente era lo mejor, ya que Mary se inclinó de inmediato y preguntó:

"¿Cómo está Danny?"

—Se está... recuperando —dijo Marlene lentamente, mientras su sonrisa se desvanecía—. Ahora está en casa. Su madre lo está volviendo loco, como siempre. No... no volverá a los Cannons. —Se mordió el labio y se miró las manos.

—Es una verdadera desgracia. —James frunció el ceño y cerró una mano en un puño—. Si yo fuera su manager, yo...

—De todos modos, está muy malherido —lo interrumpió Marlene, sacudiendo la cabeza—. De todas formas, se habría ido el resto de la temporada; pasarán meses antes de que vuelva a subirse a una escoba. Así que... menos mal.

—Todavía son tonterías —insistió James, sombríamente.

—Sí, bueno —Marlene lo miró fijamente—. No puedo culparlos. Sé que yo lo habría hecho... de todos modos. No vale la pena pensar en eso.

El corazón de Sirius se hundió. No estaba seguro de lo que había estado esperando; ¿que ella tuviera un milagroso cambio de opinión, ahora que su hermano estaba...? Bueno, no importaba, obviamente Marlene todavía se aferraba a las mismas ideas anticuadas que había tenido antes. Sirius trató de no enojarse con ella; después de todo, ella había pasado por mucho, no era como si fuera su lugar decirle cómo sentirse sobre lo que había sucedido. Aun así, tuvo que resistir el impulso de mirar ansiosamente a Remus mientras ella hablaba.

Marlene se aclaró la garganta, forzando a volver a sonreír a su rostro.

"Voy a hablar con Madam Pomfrey tan pronto como pueda; a ver si me recomienda algo. Los curanderos de San Mungo fueron inútiles, más preocupados por mantenerlo en cuarentena que por ayudarlo . Casi nadie pudo responder las preguntas que tenía sobre las transformaciones, los cuidados posteriores o el alivio del dolor... era como si prefirieran que dejara de hablar de él; como si quisieran fingir que no estaba allí..."

Su voz temblaba, ahogada por las lágrimas que se le acumulaban en los ojos. Parpadeó rápidamente y se aclaró la garganta. —Quiero decir, sé quién es, no me malinterpretes. Sé en qué se va a convertir. ¡Pero sigue siendo mi hermano, por el amor de Dios!

—Por supuesto que lo es —dijo Mary rápidamente, extendiendo la mano para tomar la de su amiga.

Sirius sintió una opresión en el pecho. Algo en las palabras de Marlene —sigue siendo mi hermano, por el amor de Dios— le sonó demasiado familiar. Una parte de él quería sacudirla, volver a su viejo debate sobre la licantropía, decir: « Hay cosas peores que un hermano puede ser que un hombre lobo».