All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

Sexto año: Nueva normalidad

Un semental es un cordero

Con los pensamientos de un tigre

Quien se mueve como un gato

Y sabe montarla

Pero no puedo obtener ninguna satisfacción.

Todo lo que quiero es acción fácil, nena.

Mediados de diciembre de 1976

Avni sabía besar. Era evidente que tenía cierta experiencia y empleaba la lengua de una manera que sugería práctica previa. Florence era buena con las manos, Daisy tenía una boca sucia y Tessa sabía cómo mover las caderas . Todas eran encantadoras, bonitas, ansiosas y dóciles.

Y no importó ni lo más mínimo.

Ninguno de ellos, ni uno solo, podía compararse con el incendio del bosque que ardía en su sangre cuando Sirius estaba con Remus.

Era tan aterrador como emocionante, una sensación como si se desplomara, como si hubiera saltado de la Torre de Astronomía y ahora estuviera en caída libre, fingiendo que podía volar. Un día esto me matará, pensaba Sirius, presionando su boca contra la de Remus como si estuviera hambriento, como si lo necesitara, como si nunca hubiera querido nada más. Un día nos estrellaremos. Pero no podía obligarse a preocuparse lo suficiente como para detenerse.

Nunca fue Remus quien tomó la iniciativa, sólo Sirius. Sabía, vagamente, lo que eso significaba: que no era tan urgente para Remus como lo era para él, que el otro chico no lo necesitaba . Cuando se permitió pensar en ello, Sirius sintió que la culpa iba apareciendo lentamente, como si estuviera usando a Remus, corrompiéndolo, pero su amigo nunca lo detuvo, y Sirius era demasiado egoísta para detenerse a sí mismo.

Así que no lo hizo. Siguió adelante, arrastrando a Remus a los armarios de escobas, aulas vacías, nichos ocultos. Se coló en la cama de Moony por la noche, temblando con la abrumadora fuerza de su propio deseo. Nunca bajo las sábanas, por supuesto, no era como si fueran homosexuales. Eran simplemente... adolescentes. Remus estaba claramente reprimido, y Sirius... bueno, todavía le gustaban las chicas, obviamente. Nadie podía negar eso, no cuando tenía una nueva en su regazo cada dos semanas. Seguía siendo normal. Lo que tenía con Remus era simplemente... diferente. Separado. Podía mantenerlos separados. Incluso cuando se encontraba mirando las manos de Moony en clase, viendo esos largos dedos contraerse mientras tomaba notas, pensando en cómo se sentiría tenerlas enredadas en su cabello...

No importaba. Sirius tenía autocontrol. Al menos, tenía el suficiente autocontrol para esperar hasta que salieran de clase, hasta que James se fuera a quidditch y Peter fuera a buscar a Dezzie. Tenía el suficiente autocontrol para llegar al armario de escobas más cercano, para esperar hasta que estuvieran en la oscuridad antes de deslizar sus manos debajo del jersey de Remus, trazando los patrones de sus cicatrices, pasando la lengua por la unión de la mandíbula y el cuello...

Sí, Sirius tenía todo bajo control.

Además, se dijo a sí mismo, no era como si esta relación con Moony estuviera destinada a durar. Con el tiempo, Remus encontraría una novia, y lo que fuera que existiera entre ellos se desvanecería, y todo volvería a la normalidad. Sirius no era irracional; sabía que lo que estaban haciendo en realidad no significaba nada para ninguno de los dos. No era como había sido con Mary, donde se suponía que debía preocuparse por los sentimientos. Eso sería extraño.

Así que si mirar a Remus a veces le hacía doler el pecho, o si besarlo le robaba el aire de los pulmones, o si Sirius se encontraba mirando a Moony después, mientras pasaban un cigarrillo en silencio de un lado a otro, pensando " nunca he querido nada como te quiero a ti", no importaba. Nada más que hormonas adolescentes y su propio estilo dramático; Sirius lo apagó, como chispas de un incendio.