All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

Primer año: Revisión

El cumpleaños de James llegó sólo unas semanas después, y aunque sus compañeros parecían tener menos tolerancia a otra ronda de payasadas ruidosas del merodeador, nadie podía negarle al chico dorado de Gryffindor una pequeña celebración de cumpleaños. Su alegre confianza y reputación como líder de facto de los merodeadores ya habían convertido a Potter en una especie de celebridad entre los estudiantes de primer año, e incluso entre los estudiantes mayores era muy querido por su sentido del humor y su impresionante habilidad con la magia.

Con cualquier otra persona, la popularidad se les habría subido a la cabeza. Pero aunque James tenía un ego, su crecimiento parecía reforzar su agudo sentido del bien y del mal; lo que le faltaba en humildad lo compensaba con genuina amabilidad y un afán por ayudar a los demás. Así que, aunque dos veces en un mes era demasiado, se las arreglaron para que la mayoría del comedor cantara durante sus repetidas interpretaciones de "Feliz cumpleaños", y Sirius consiguió una hora en el campo de quidditch con algunos de los miembros actuales del equipo de Gryffindor. James estaba tan emocionado que uno hubiera pensado que lo habían invitado a jugar en la Liga.

Sin embargo, a medida que marzo se acercaba a su fin, Sirius se encontró ocupado con algo mucho más aburrido que la planificación de una fiesta: los exámenes. Toda la escuela se puso frenética y no se podía encontrar un solo rincón del castillo donde no hubiera estudiantes estudiando frenéticamente.

James se dedicó a estudiar con la firme determinación que aplicaba a cualquier tarea, lo que, por supuesto, significaba que Sirius también tenía que esforzarse. No le importaba mucho si James lo superaba en lo que se refería a tareas, pero los exámenes eran algo completamente distinto. A Sirius le encantaba convertir su estudio en una competencia, haciendo apuestas con James sobre quién obtendría las mejores calificaciones.

Remus los acompañó a sus sesiones de estudio, pero se negó a dejarse arrastrar a ninguna competencia. A diferencia de la mayoría del alumnado, no parecía sentir ninguna presión en lo que se refiere a sus notas, aparentemente satisfecho con su capacidad de aprobar sus clases. Sirius pensó, en privado, que Remus podría ser capaz de darles a él y a James una carrera por su dinero si se esforzaba un poco más, pero no estaba dispuesto a presionar a su amigo para que estudiara más ahora que finalmente parecía estar aflojando en la fase de aprendizaje que había ocupado tanto de su tiempo.

Peter, por otro lado, estaba bajo mucha presión. Desde que su hermana se había escapado a la universidad muggle (un escándalo de proporciones épicas en la comunidad mágica), aparentemente dependía de él continuar con el legado familiar. Por lo que Sirius entendió, los padres de Peter eran arribistas sociales que creían firmemente que su estatus de sangre debería contar más de lo que realmente era, aunque, por supuesto, nunca lo decían directamente. Desafortunadamente, lo que los Pettigrew presumían en pureza de sangre les faltaba en poder, lo que a menudo los dejaba al margen de la alta sociedad.

Sirius podría haberse sentido mal por él, excepto que pensaba que la lucha de los trepadores sociales en los círculos mágicos era ridícula, y no entendía por qué Peter se esforzaba tanto por complacer a sus padres. Habiendo estado siempre en la cima de la cadena alimenticia mágica, Sirius no pensaba que fuera todo lo bueno que se decía, y no le importaba mucho tratar de entender por qué alguien más podría pensar lo mismo. Además, Peter era increíblemente molesto con todo el asunto.

"¿Cuánto nos falta para pasar el año?", preguntaba desesperado al menos cuatro veces al día.

—Peter, cálmate —le decía James—. Todo va a ir bien. Ya sabes toda la teoría al derecho y al revés, sólo es cuestión de ponerla en práctica.

Sirius se abstuvo de poner los ojos en blanco, pero una vez que los demás estuvieron fuera del alcance del oído, se inclinó y le susurró a Remus:

"No lo culpo por estar un poco nervioso. Ha habido al menos doce squibs en la familia Pettigrew, y eso solo en este siglo".