All The Young Dudes "Siriu's perspective" (Español)

La Guerra: La Misión

¿The sound of last night was the wind?

Can you feel the change begin?

By the falling snow

A single soul will leave

Footsteps in the white

There is an unholy light

There is a hole in the sky

Something bad is happening

What is to come: when the siren calls, go

Run with the wolf...

Sábado 13 de enero de 1979

Primera luna

—Odio esto —dijo Sirius, chupando con fuerza su tercer cigarrillo.

—Lo sé —suspiró Remus, sonando exhausto. Ambos habían dormido mal la noche anterior: Remus había estado rechinando los dientes otra vez y Sirius no había podido dejar de dar vueltas en la cama, pensando en todo lo que podría pasar en esta misión. Todas las formas en que podría salir mal.

—Quiero decir, realmente odio esto —exhaló Sirius, poniéndose de puntillas para echar el humo por la parte superior de la ventana. Hacía demasiado frío afuera para abrirla del todo, y Sirius se estremeció cuando el aire helado le rozó la cara, envolviendo el brazo que no sostenía el cigarrillo alrededor de su cintura.

Detrás de él, Remus estaba tendido en el sofá con una franela fría en la frente; se había estado quejando de un dolor de cabeza, lo que no era inusual tan cerca de la luna.

—Es una locura enviarte sola. —Sirius frunció el ceño y miró por la ventana—. ¿Por qué no puedo ir contigo? Podría ir disfrazada de Canuto.

—No —dijo Remus (por millonésima vez)—. Aún hueles a humano. Te destrozarían.

—¿Y si te destrozan? —replicó Sirius, dándose la vuelta. Intentaba no armar un escándalo, de verdad que lo intentaba. Pero no pudo evitar el miedo que se apoderó de su voz.

—¿Yo? —Remus hizo un gesto con la mano, quitándole importancia—. ¿El hijo pródigo de Greyback? No es probable.

"¿Qué es un hijo pródigo?"

—Ah, cierto... eh... solo significa que voy a recibir una cálida bienvenida. Gaius dijo que no me hicieran daño. Livia me llamó su hermano.

Gaius , ese era el hombre lobo de la misión de julio, el que lo había atacado. Y Livia...

"¿Puedo acompañarte un rato? ¿Justo antes de que aparezca alguien más?"

Remus lo miró con algo parecido a la compasión en sus ojos. —No es seguro, Canuto.

Sirius se dio la vuelta y apagó el cigarrillo con un poco más de fuerza de la necesaria en el alféizar de la ventana. No quería compasión, quería que Remus dijera que podía irse. Quería que Remus no fuera en absoluto.

—¿Por qué no vas a casa de los Potter? —dijo Moony con cuidado—. No pases la noche aquí sola.

—No me importa dónde pase la noche —resopló Sirius, dejándose caer en el sillón.

—Bueno, lo sé —Remus frunció el ceño en tono de reproche—. Necesito saber a dónde ir después de que se ponga la luna.

—Mierda, sí —Sirius se enderezó, sintiendo una punzada de culpa; una vez más, solo había estado pensando en sí mismo, en sus propias y estúpidas emociones—. Está bien, iré a casa de los Potter; si necesitas algún remiendo, Euphemia estará a mano. Joder, ¿y si no puedes aparecerte? ¿Y si...?