→marvel's one shots←

Steve Rogers.

El firmamento se encontraba parcialemente nublado, amenazaba con dejar caer una suave precipitación sobre la ciudad de Washinton. Pero para Lyra James aquello no le era un obstáculo.

Amarró sus zapatillas de deporte lo más que puedo. Estaba decidida a correr unos cuantos kilómetros antes de que las nubes cedieran. Comenzó su ejercicio de forma suave, progresivamente le comenzaba a sumar velocidad al ritmo de los ruidos de la ciudad. Su mirada se perdía en los minúsculos detalles a su alrededor, buscando alguno que captase su completa atención.

-¡A tu izquierda! -le exclamó una voz masculina que avanzaba por el lado mencionado, dejándola atrás.

El hombre de cabellos rubios le sacaba una buena distacincia. Lyra había asumido que practicaba deportes con frecuencia, por no sólo la rapidez con la que corría, sino su contextura física.

Al cabo de unos minutos, la joven se encontraba cerca las escalinatas principales. Ya habiendo corrido un buen trecho, disminuyó la velocidad de sus pasos, son detenerse.

-¡A tu izquierda! -volvió a exclamar el desconocido.

Lyra frunció su ceño, aumentando su ritmo. El hombre percató aquello, haciendo que una carrera se forge entre ambos. El estado físico de Lyra era el de cualquier humano promedio pero el de él parecía de otro planeta.

-¿Cansada? -indagó en tono burlón, cuando reposaban junto a sus pertenencias.

-¿Tú no? Vaya, cómo haces eso. Eres demasiado rápido -la curiosidad de Lyra comenzaba a subir. No se quedaría sin nada luego de haber perdido una carrera.

Sus dedos jugaban en el aire, mientras esperaba que el desconocido gesticulara una respuesta o algún sonido.

-Steve Rogers -le ofreció su formido brazo en señal de saludo.

No tardó en tomarlo, estrechando sus manos en medio de aquella nublada mañana de otoño. Lyra comprendió al instante quién era, sonrió estrechamente, colocando una mueca de admiración en su rostro.

-Es un placer conocerlo, capitán. Soy Lyra James.

Steve devolvió el gesto, esbozando una sencilla sonrisa que dejaba apreciar todos sus blancos dientes.

-Entonces, señorita James, sería tan amable de acompañarme a tomar un café -propusó Rogers al estilo de su época pasada, mostrándole su brazo para que fuese tomado por la joven.

-Me encantaría, señor Rogers.

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¡Hola cupcakes! 😆
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Cambios fuera 👐.