→marvel's one shots←

sam wilson;

—Entonces, ¿te irás a combatir a un alienígena lila que tiene un guante de oro con piedritas de colores que puede destruir el universo?

Sam asintió por décima vez en los últimos treinta minutos. Su pareja estaba alterada, nerviosa, moviéndose de un extremo al otro de la cocina mientras mordisqueaba sus uñas. Angeline tenía el corazón en su garganta, algo que sucedía cada momento en el que el moreno le comunicaba que asistiría a una misión, en especial si pronunciaba las palabras “suma importancia”. 

—No —masculló Sam, frenando las acciones de la muchacha con sus manos—. No irás.

  —Sam.

  Angeline había formado parte del equipo de espionaje de SHIELD durante siete años. Se había encargado del sector técnico y lo relacionado a la búsqueda de información de los enemigos o terroristas que amenazaban con destruir a la organización o afectar a terceros.

  Cuando se produjo la caída de la organización americana, decidió presentar su renuncia y volver a dictar clases de química en la preparatoria de Queens, su ciudad natal.

  —Cariño, no permitiré que asistas a una misión semejante. Apenas logré entrar al equipo, no quiero que me desplacen porque mi mujer sabe patear traseros.

Angeline comenzó a reírse a carcajadas en los brazos del moreno. Aquello le recordaba a su primer encuentro, cuando escapa en compañía de Steve y Natasha de las garras de HYDRA.

  El teléfono del hogar interrumpió su momento amoroso. Wilson empezó a maldecir entre dientes, apartándose de Angeline y encaminándose en dirección al escritorio para responder el llamado.

  Escuchó algunas exclamaciones de sorpresa y logró captar alguna que otra palabra sin sentido: Visión, problemas, escondite. Angeline permaneció estática a mitad de la habitación esperando a que el moreno regresara.

  —¿Quieres unirte al grupo de salvavidas? —indagó Sam, rascando su nuca.

  Una sonrisa iluminó el rostro de la mujer.

—Domino ha vuelto —murmuró, estusiasmada, advirtiendo la mueca de sorpresa que indicaban las facciones de Sam—. Mi apodo sigue siendo más cool que el tuyo.

    —Es horrendo, nena.

   ...

Angeline repartió disparos a diestra y siniestra contra los extraños seres que amenazaban con invadir el planeta. El suelo bajo sus pies empezó a temblar, como si se hallara a mitad de un terremoto.

Alzó su mirada, percatándose de unas gigantescas y espeluznantes máquinas que despedazaban lo que se cruzara en su camino. Una de ellas se dirigía a ella con demasiada velocidad. ¿Por qué siempre acababa metida en la zona más peligrosa de las batallas?

  Dos manos rodearon su cintura, y en un movimiento de párpados, se encontraba sobrevolando la zona.

  —Definitivamente te gusta sentir la adrenalina —dijo Sam, disimulando su enfado.

  —Cinco años de abstinencia, Wilson —susurró sin dejar de disparar a los alienígenas. Se encontraban a varios metros del suelo, provocándole un leve mareo a la mujer —. Eh, ¿me llevarás de nuevo al palacio?

—Sí.

Angeline resopló. Tendría que simular ser la guardaespaldas de Shuri y Visión por el resto de la batalla.

Sintió una vibración en su muñeca. Su reloj se encontraba emitiendo sonidos de advertencia. Agudizó su mirada entre los árboles: Visión estaba volando entre los árboles alejándose de Thanos. Los demás vengadores unían sus fuerzas para poder retrasar al Titán en la obtención de la gema.

—Sam.

—No podremos retenerlo —aceptó el moreno.

—Lo retrasaremos hasta que alguien logre destruir la gema.

—Angeline, no.

Angeline se movió, deslizando su cuerpo por medio de los brazos de Sam. Acabó de cuchillas, apuntando al gigante violeta con su pistola. Sabía que apenas le causaría dolor, pero no se quedaría de brazos cruzados.

  Instantes después, su cuerpo golpeaba contra la tierra, sintiendo como un hilo de sangre se extendía por su rostro. Le dedicó una mirada a Sam. ¿Quién le diría que aquella sería la última vez que apreciaría el rostro de su pareja?

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paso a avisar que los restantes imaginas serán de IW 😂 bah, la mayoría