Se hallaba cambiando de posición en búsqueda de una postura que le permitiera volver a descansar y continuar recordando su anterior vida. Descartó la idea de levantarse y prepararse un té o buscar entretenimiento en la televisión. La calidez que le proporcionaban sus sábanas no se compraba con el gélido ambiente de la habitación.
Un ruido captó su atención. Sintió maderas crujir suavemente y aquello la obligó a elevar su cuerpo de la comodidad de su cama. Para evitar sorpresas, decidió aferrar sus manos alrededor de un bate de béisbol que se encontraba apoyado contra su cómoda.
Unos musculosos brazos rodearon su cintura, impidiéndole continuar con su actividad. Louise utilizó sus piernas como arma y de un rápido movimiento logró derribar a su oponente.
—¿James? —indagó, confundida, observando el rostro de quién se había infiltrado en su departamento.
La sombra de una sonrisa asomó en los labios del soldado, quien, estirando su brazo humano, acarició una de las mejillas de la muchacha.
—¿Llego demasiado tarde para comer pastel de moras? —preguntó.
Una carcajada escapó de los rosados labios de Louise. Segundos después, se percató de la escena en la que se hallaba: sus piernas a cada lado del cuerpo del soldado y sentada en su abdomen. Sus mejillas se sonrojaron al instante.
—¿Qu-Qué haces aquí? Digo, ¿cómo demonios te encuentras con vida? —pellizcó su brazo izquierdo para averiguar si se trataba de un sueño. Para su asombro, aquello era demasiado real—. El ejército me envió una carta informándome que habías perdido la vida en combate. Meses después, recibí la noticia de que mi hermano había fallecido también.
Miles de preguntas golpeaban su cabeza, aturdiendola. Setenta años después de haber recibido las desagradables noticias que cambiaron su vida drásticamente, se hallaba sentada en la oscuridad de su departamento en Nueva York, hablando con su “resusitado” prometido.
—Apenas puedo recordar fragmentos de nuestro pasado y recurrentes pesadillas en laboratorios.
Louise pasó sus manos por el cabello del soldado. Una lágrima descendió por su mejilla.
—Peggy dijo que volvería a encontrarte— sin tardar segundo, rompió en un desconsolado llanto. Los brazos de Bucky volvieron a rodearla, dándole pequeños besos en su cabello.
—Cásate conmigo —murmuró, acariciando las húmedas mejillas de la joven.
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chananana
aparecí, después de que mis profesores me mataran en mi primera semana de clases 🙄
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→marvel's one shots←
FanfictionHistorias cortas e imaginas sobre nuestros héroes favoritos. Advertencia: Posibles spoilers. 24-01-2017: #97 DE TODO. 15-02-2017: #32 EN HISTORIA CORTA. 24-02-2017: #47 HISTORIA CORTA