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advertencia: cosa media rara que espero que pase en avengers 4

Corrió por los pasillos en dirección al laboratorio luego de escuchar el aviso transmitido por los altavoces. La máquina que había permitido que una parte del grupo lograra aventurarse en el pasado comenzó a fallar, provocando que las alertas se dispararan.

  —¿Qué sucedió? —indagó Natasha a sus espaldas.

  La joven trató de encontrar una respuesta adecuada, pero no logró hacerlo. Tenía entendido que aquello sólo podía ocurrir si se habilitaba una línea temporal alternativa o se transformaba algún suceso del pasado.

  La habitación quedó sumida en absoluta oscuridad cuando, de repente, las pantallas se apagaron. Unos segundos después, una tenue luz rojiza inundó el laboratorio y Friday comunicó que los sistemas de seguridad y el suministro eléctrico del edificio habían caído.

  —¡Genial! —exclamó la castaña, elevando sus brazos— Ahora tenemos a cuatro ancianos atrapados en alguna parte del pasado y nos hemos quedado sin electricidad —Tessa se acercó al tablero con la intención de encender el generador de emergencia, pero retrocedió sobre sus pasos cuando una corriente eléctrica recorrió su cuerpo— ¡Stark y sus malditos inventos!

Las carcajadas de Natasha irrumpieron en la habitación. Tessa continuaba maldiciendo en una tonalidad de voz baja, pateando algunas cajas desparramadas por el suelo.

  —Iré por tu padre.

  —Está en su “retiro espiritual”.

  —¿Clint Barton en un retiro espiritual?

  —Te dije que no lo golpearas tan fuerte durante los entrenamientos —respondió la muchacha, encogiéndose de hombros.

Deambuló por la habitación en búsqueda de los planos para comenzar con la reconstrucción de la máquina. Ayudándose con la linterna de su teléfono móvil, empezó a revolver las estanterías atascadas de documentos y carpetas de “inventos importantes para futuras misiones”. Aunque Tessa los nombraba: «las posibles causas de mi muerte».

Una ráfaga de viento atravesó el lugar, golpeando la espalda de la muchacha y provocando que su cuerpo chocara con el mueble de metal. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? Parecía como si una pieza del artefacto se hubiera soltado y recorría la habitación a una velocidad increíble. Sin embargo, se percató de que era demasiado grande para tratarse de un simple objeto.

En un acto reflejo, movilizó su brazo izquierdo hacía abajo, deteniéndolo. Tessa golpeó sus rodillas contra el cristal que cumplía la función de suelo, dirigiendo su mirada a la anatomía ajena.

Se apartó en un rápido movimiento, alejándose unos metros de la presencia aturdida en el cristal. Fregó sus ojos con fuerza, aunque manteniendo la delicadeza necesaria para no dañarlo, percatándose de que aquello no era una ilusión óptica provocada por su cansancio y exceso de cafeína.

  —¿Tessa?

Escuchar nuevamente su voz hizo que su corazón pegara un brinco de felicidad.

  Se abalanzó sobre él, llenando cada mínima facción del rostro contrario con castos besos. Gruesas lágrimas descendían por sus pálidas mejillas.

  —Cariño, me asfixias..

  Una mueca de disculpa asomó en el rostro de la castaña.

  —¿Por qué te empeñas en destruir nuestros momentos románticos?

  —Porque tratas de asesinarme en cada uno de ellos.

—Tu acento apesta —contraatacó la muchacha, unos segundos más tarde.

Él frunció su ceño, cruzando sus brazos a la altura de su pecho. Tessa simplemente colocó sus manos sobre las mejillas contrarias y empezó a masajearlas, deformando su rostro.

—¿Acaso no viste venir eso, Maximoff?