Historias cortas e imaginas sobre nuestros héroes favoritos.
Advertencia: Posibles spoilers.
24-01-2017: #97 DE TODO.
15-02-2017: #32 EN HISTORIA CORTA.
24-02-2017: #47 HISTORIA CORTA
Sus ojos, repletos de admiración, observaban el frasco de galletas que descendía de la estantería rodeado de una auroleola color carmesí. Giró sobre sus talones, encontrándose a Wanda en la puerta de la cocina, moviendo sus manos con suma concentración.
Sus mejillas se sonrojaron a causa de la vergüenza. Al poseer una altura más baja que el promedio, se le hacía imposible alcanzar las estanterías más altas, a menos que alguno de sus compañeros le prestase una mano.
—Gracias —murmuró, abriendo el frasco de vidrio.
Wanda se adentró en la habitación, sentándose del lado opuesto al cual Lilian se encontraba. La muchacha de cabellos castaños devoraba una galleta como si no hubiera probado un bocado en días.
—Deberías descansar más. Tus ojeras aún son notables, Lily.
La última misión a la cual Lilian había asistido, duró más de lo estipulado. Las semanas sin descansar, la escasa comida que había digerido y el esfuerzo físico que provocaba hallarse en alerta a todo momento, dejaron secuelas en la joven.
—El problema es tu hermano —comentó, sacando una nueva galleta del envase—. Si continúa roncando de tal manera, me veré obligada a patearle el trasero.
El sonido de sonoras carcajadas se adentró en su cavidad auditiva.
—Aunque me gustaría saber el verdadero porqué.
—¿Por qué de qué? —indagó, frunciendo su ceño, confundida.
Entendía perfectamente a qué se refería Maximoff, pero prefería hacer el papel de desentendida. ¿Se atrevería a decirle qué la verdadera razón era su corazón? ¿Qué desde la primera vez que la había visto, no logró dormir profundamente?
—Lilian... —nombró Wanda.
Un suspiro escapó de los rosados labios de la nombrada. Tenía dos opciones presentes: contaba sus razones o Wanda leería sus pensamientos y lo averiguaría por ella misma.
