Historias cortas e imaginas sobre nuestros héroes favoritos.
Advertencia: Posibles spoilers.
24-01-2017: #97 DE TODO.
15-02-2017: #32 EN HISTORIA CORTA.
24-02-2017: #47 HISTORIA CORTA
Sus pies dejaron de encontrarse apoyados en la alfombra para hallarse flotando en el aire. Impulsó su cuerpo en la dirección contraria, esquivando una zapatilla y varios almohadones que el muchacho arrojaba desde el sillón.
Emily chasqueó su lengua, negando con un leve movimiento de cabeza. Si la situación desarrollada hubiera sucedido en un contexto diferente, y sus auriculares de última generación no corrieran peligro existencial, tal vez su corazón se hubiera conmovido e incluso continuaría el juego. Ahora sólo quería tomar sus pertenencias y encerrarse en su habitación para acabar con sus trabajos universitarios.
-¡Eres un infantil!
-¡Cállate, niñata!
Entrecerró sus ojos, desafiante. Sobrevoló el lugar, golpeando el sujeto con una de sus piernas. Pietro, empleando sus mutaciones genéticas, se movilizó a uno de los extremos contrarios; provocando que Emily cayera al suelo.
-Eres un desastre, niñata. ¿Así planeas llevar el título de "vengadora"?
-Perdón por dañar sus sentimientos, señor capitán y líder de los vengadores -respondió, elevando su ser y manteniéndose flotando a una distancia considerable del suelo- ¡Oh, espera! Ni siquiera te aceptaron en el equipo.
-¡Ouh! ¿Acaso no lo viste venir?
Los dos adolescentes observaron como Clint Barton se adentraba en la habitación y retiraba un par de carpetas colocadas en uno de los muebles que adornaban el lugar.
-¿Por qué deben complicarla cada vez que tengo trabajos de la Universidad? -indagó la muchacha, alzando sus brazos con total desesperación- ¡No iré al entrenamiento, Legolas! Sólo quiero mis auriculares y un momento de paz.
-Enana lunática enojada. ¡Suerte, Sonic!
Sin pronunciar nada más, el arquero se marchó, dejando la habitación sumida en un incómodo silencio. La muchacha observó a su alrededor, intentando poner en práctica sus planes, nuevamente. Pretendía atacar a Pietro, teniendo en cuenta su alteración, y quitarle el objeto tan preciado alrededor de su cuello.
De un instante al otro, se hallaba acostada sobre uno de los sillones siendo sujetada por el joven de cabellos claros. Podía sentir como sus pulsaciones aumentaban de ritmo, su corazón golpeando contra su caja torácico con brutalidad.
-¿Qué?
-¿Tienes un descanso de quince minutos? -inquirió Pietro, inclinándose aún más cerca del rostro ajeno.
Negó con ligereza. Cada maldito minuto estaba contado y repartido en una actividad diferente. Incluso, a partir de los inconvenientes causados por Maximoff, debía atrasar sus quehaceres y acomodar los horarios.
-No tengo tiempos para citas.
-¿Por qué querría tener una cita con Silvermoon?
Emily se encogió de hombros. Había guardado la esperanza de que en algún momento pronunciaría esa frase.
