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Peter Parker

—Disculpa, ¿puedes decirme dónde vive Pa-Patric Parker? —indagó Katheryn a un joven castaño que se encontraba sentado en las escalinatas de uno de los parques de Brooklyn.

El muchacho la observó durante algunos segundos y le dedicó una leve carcajada. Katheryn no comprendió el gesto, ¿se estaría burlando de ella?

—Es Peter —corrigió, elevando su cuerpo. Así le demostró que la superaba por unos cuantos centímetros de altura—; soy yo, Peter Parker.

Katheryn frunció su ceño y volvió a fijarse en la parte superior del sobre. Claramente se podía leer “Patric Parker”, en una caligrafía algo confusa. Observó de reojo a Peter, quien se encontraba allí parado, esperando que ella le entregara el paquete.

—Maldito Stark —murmuró, leyendo nuevamente el nombre escrito en tinta negra—; toma, esto lo envía el señor Anthony Stark para ti.

...

Katheryn caminaba desprevenida una de las avenidas, con sus aparatos musicales cubriéndole las orejas y su gran abrigo de lana. Las temperaturas habían descendido notoriamente en las últimas veinticuatro horas, tomando a la mayoría de la población por sorpresa.

La fiebre de las fiesta estaba comenzando a resurgir. Luces de colores adornando los comercios, decoraciones navideñas en las veredas, gente que empezaba a preocuparse por conseguir los regalos aunque faltaran unas cuantas semanas para Navidad.

—¿¡Kath!?

Giró su anatomía, encontrándose con el famoso Peter Parker corriendo hacia ella. Ya le era costumbre encontrarse con él mientras vagaba por algún sitio. Ambos habían entablado una fuerte amistad desde el comienzo.

—¡Hey, Patric! —saludó, depositándole un beso en la mejilla— ¿Qué te trae por aquí en una mañana tan fría?

—La tía May se quedó sin bizcochos —respondió el castaño, encogiéndose de hombros. Peter le dedicó una sonrisa de lado, escuchando las carcajadas de su compañera—. ¿Fuiste tú?

Katheryn prefirió callar y simular que observaba las vidrieras de las tiendas con interés de comprar algo. Peter seguía sus pasos, comprobando que sus sospechas eran ciertas.

—¡Mira! —exclamó, emocionada, señalando una prenda de ropa que era expuesta en un maniquí—. Es el vestido perfecto para el baile de fin de curso —Peter elevó una ceja en su dirección—. Sé que faltan meses pero está bonito.

El rostro de su compañero tomó una morisqueta de duda, colocándose a observar el vestido expuesto y a Katheryn varias veces.

—Se vería perfecto en ti —comentó, luego de incomodarla con la mirada durante un largo tiempo— ¿Vamos por un chocolate caliente? Luego volvemos y compramos el vestido.

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katherynYaravy espero que te guste 😏💕