Leyó los documentos que se encontraban sobre el escritorio, tratando de hallar información necesaria para su investigación. Frustrada, removió sus oscuros cabellos. El plazo de entrega caducaba en cinco horas y apenas había logrado acumular una carilla con observaciones que no servían de mucho.
—Buenos días, señorita Moonre —saludó Steve, adentrándose a la habitación.
El capitan depositó una taza repleta de café al costado de las carpetas. Jasmine le dedicó una diminuta sonrisa de agradecimiento, continuando con su lectura.
—¿Algo qué nos pueda servir de ayuda en nuestra próxima misión?
—Absolutamente nada —respondió, dándole un sorbo a la bebida—. Ningún indicio de quiénes trabajaban allí, ni de experimentos realizados. Parece que dimos con una laboratorio que no se utiliza hace mucho tiempo.
Steve asintió, observándola fijamente, como era costumbre. La joven sintió que los nervios comenzaban a florecer en el interior de su cuerpo.
Ambos se habían conocido en una de las múltiples fiestas que brindaba Anthony Stark. Rápidamente congeniaron, convirtiéndose en grandes amigos y compañeros de trabajo. Pero desde hacía unos meses, una nueva sensación había envuelto su amistosa relación.
Jasmine no pretendía arruinar lo que habían logrado construir por un simple capricho del corazón. Por ello, trataba de ignorar los sentimientos amorosos y mantenerse al margen de los momentos afectuosos.
—¿Necesitas algo más, Stevie? —preguntó, tecleando en su computadora portátil.
—Una cena.
...
—¿Señorita Moonre? —una conocida tonalidad de voz resonó a sus espaldas.
Giró para encontrarse con quien menos esperaba. Anthony Stark, demasiado apuesto para su agrado, la observaba apoyado en el marco de madera. Sus pantalones de vestir negro se aferraban a sus delgadas piernas y la clara camisa a sus músculos del torso.
—¿También te tendré que soportar en esta reunión? —un sonido de desesperación salió de su garganta. Últimamente todo se relacionaba a Tony.
—Soy Anthony Stark, ¿qué esperabas? —preguntó en tonalidad arrogante. Jasmine reprimió las ganas de gritarle en el rostro— ¿Has traído las carpetas correspondientes?
Asintió, apoyándolas sobre el mueble. Anthony se encamino hasta ella, observando los documentos con interés. Ahora entendía porqué Natasha le había encomendado aquello: su compañera pretendía volver a relacionarlos.
Un cosquilleo fue percibido por la piel de su mejilla. Anthony, parado frente a ella, se permitía acariciarla con total impunidad. Jasmine retrocedió, aborrecida.
—Continuas soñando despierta —observó, mostrándole una sonrisa burlona.
Jasmine frunció su ceño. ¿Aún recordaba los momentos en los cuáles ella divagaba por un mundo paralelo? Su corazón empezó a latir rápidamente. A pesar de lo doloroso que era recordar el pasado, agradecía que sus comentarios fueran únicos, que se fijara en cada ínfimo detalle. Como aquella noche que habían quedado varados en medio de un pequeño pueblo, al norte del país y, mientras esperaban la atención de una grúa, Anthony se había esmerado en contar cada pequeña en sus pómulos, clavícula y espalda superior.
Su teléfono móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón. En la pantalla apareció el nombre de Sam, preocupando a la joven.
—Jas, tenemos problemas.
...
—¿Dejé una reunión importante, tomé dos taxis y corrí, aproximadamente, doscientos metros para qué me digas que la cafetera no funciona?
Jasmine golpeó su frente con la palma de su mano. Había momentos en los cuales se arrepentía de haber aceptado que el moreno se mude a vivir con ellos. Sam Wilson era una persona amigable, bromista y sumamente insoportable para el gusto de la joven.
—No puedo preparar mi café. ¡Y eso es una abominación, mujer!
—Sí, lo es —una desconocida y sensual voz masculina resonó a sus espaldas.
Dirigió su mirada hacia la mesada de la cocina, percatandose de la existencia de un apuesto hombre. Cabellos castaños, mirada frívola, mosculatura fuerte y rasgos marcados. Sin lugar a duda, un galán de primera. Tragó saliva, evitando observarlo con descaro. ¿Pero quién podía cumplir aquello si tenía a un dios del olimpo frente suyo?
—Bucky Barnes —se presentó, dedicándole una suave mueca, que la muchacha entendió como sonrisa.
Jasmine frunció sus labios, asintiendo con su cabeza. Entonces, ¿él era el famoso “soldado del invierno”? No había tenido la oportunidad de conocerlo anteriormente, pese a las múltiples misiones relacionadas con el soldado.
—Jasmine Moonre.
Y desde ese mismo instante comprendió que su corazón estaba en graves problemas sentimentales.
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Espero que sea de tu agrado AudazEsencia ❤lamento la demora, estuve pintando mi casa 😂
Ahora, ¿con quién se queda?
Hagan sus apuestas 🌚
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→marvel's one shots←
FanfictionHistorias cortas e imaginas sobre nuestros héroes favoritos. Advertencia: Posibles spoilers. 24-01-2017: #97 DE TODO. 15-02-2017: #32 EN HISTORIA CORTA. 24-02-2017: #47 HISTORIA CORTA