Steve Rogers

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1943;

Annabeth recorría las calles de Brooklyn con una enorme pila de libros, evitando a las personas que se cruzaban por su camino. Sentía que sus pies punzaban de dolor por los tacones, pero debía llegar a tiempo para la cena familiar.

La última velada familiar completa, ya que George partiría a Inglaterra a primera hora del día siguiente a participar de la guerra en Europa. Sus padres estaban muy orgullosos de que su hijo mayor hiciera semejante hazaña.

—¡GEORGE! —exclamó, furiosa, al apreciar la silueta de su hermano mayor y un grupo de soldados más golpeando a un joven.

Dejó los libros en la cera y se acercó amenazante al círculo masculino. Su hermano mayor le dedicó una sonrisa de inocencia.

—Annie, ¿qué haces aquí? —le preguntó en un susurro, alejándola de las miradas vulgares—. ¿No deberías estar en casa ayudando con la cena?

—Eres un patán —masculló, golpeando el brazo de su hermano—. Ve a casa ahora mismo o le diré a nuestro padre acerca de esto. También llévate a tus amiguitos soldados.

George bufó ante la reacción de su hermana y le pidió a los demás soldados que se retiraran.

Al despejarse, Annabeth observó a un joven de cabellos rubios y menuda anatomía que limpiaba su rostro con el dorso de su mano. Sin tardar, se encaminó a ayudarlo, pensando en qué le diría a sus padres con respecto al comportamiento de George.

—Espera, te harás más daño—frenó los movimientos del muchacho con su mano—. Esta herida es grave... —murmuró, observándole la mejilla izquierda donde la sangre había comenzado a brotarle. Annabeth le dedicó una sonrisa tranquilizadora, ya que el joven parecía desconfiar abiertamente de sus movimientos y no lo culpaba— Annabeth, Annabeth Grosley.

—Steve Rogers —se presentó el rubio. 

...


—¿El ejercito? —indagó, temblorosa, sosteniendo la amarillenta hoja de papel entre sus delgadas manos. 

Annabeth sabía cuáles eran las intensiones de Steve con respecto a la guerra, en especial ahora que Bucky Barnes se encontraba participando de ella. Desde el comienzo, lo identificó como una persona de gran corazón y lealtad, dispuesto a dar su vida para salvar a los demás. Sin lugar a duda, era el soldado que se necesitaba en esos turbulentos tiempos. 

—Lo lamento, Annie —se disculpó Steve, llevando su mirada al suelo—. Debo ayudar a mi país, ellos me necesitan. Las vidas de miles de personas se están perdiendo a cada hora que transcurre.. 

—No vendrás a darme un sermón sobre lo que necesita la nación y esas cosas, ¿verdad? —el muchacho dejó escapar una risita ante la interrupción de  Annabeth—. Sólo quiero que me prometas que volverás junto con Bucky. 

—Lo prometo.. 


  — — —

-MrsEvans Keilitales, espero que les guste el pequeño imagina de Steve de los 40's ♥





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