matt murdock;

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Golpeó con sus nudillos la entrada al departamento de su compañero y amigo, Matt Murdock. Cansada de ser ignorada, empezó a rebuscar en las afueras del lugar la llave de repuesto. Alguna vez había escuchado a Foggy hablar acerca de la existencia de una copia escondida debajo de una maceta o tapete.

Después de buscar por varios minutos, logró hallar la copia de repuesto detrás del tablero de las luces que colgaba de la pared. «Una manera ingeniosa, Murdock», pensó Elisbet, introduciendo la llave en la cerradura y abriendo la puerta para adentrarse al departamento.

—¡Matt! —exclamó, depositando su bolso y demás pertenencias en el mueble de la entrada—¡Matt!

La habitación estaba sumida en un abrumador silencio. No recordaba alguna conversación sobre alguna salida nocturna, incluso Matt había cancelado su encuentro para concluir con un caso con la simple excusa “me quedaré a descansar”.

Se encaminó a la habitación del hombre, aunque rápidamente sus pasos fueron frenados por un cuerpo inmóvil tirado en el suelo.

—¡Demonios, Murdock!

Agachó su anatomía a la altura de él, sacudiéndolo por los hombros para recibir alguna reacción. Se lograban apreciar diversas heridas en sus brazos y espalda superior. Obtuvo un gemido de dolor en respuesta.

Alarmada, Elisbet corrió hasta el pequeño cuarto de aseo en búsqueda del botiquín de primeros auxilios. Empleando toda la fuerza acumulada en su interior, llevó a Matt al interior del dormitorio y lo acomodó, después de varios intentos, sobre las mullidas sábanas.

—¿Eli?

La profunda voz de Matt hizo que la nombrada elevara su enfadada mirada.

Minutos atrás, Elisbet había acabado de curar cada pequeña herida y raspón que presentaba su compañero. La presencia de numerosos moretones violáceos y cicatrices alarmó a la joven. Pero sus preguntas fueron respondidas por un descuido bastante irresponsable de Matt: el traje de Daredevil en un rincón de la habitación.

—Matthew Murdock, ¿qué demonios ocurre en tu cabeza? ¿Sabes lo peligroso qué es andar de justiciero nocturno? Entiendo, nos has salvado innumerables veces y has ayudado a mejorar la vida aquí, ¡pero pudiste haber muerto! Tienes cicatrices graves y varios golpes que deberían pasar por observación. ¡Nos tienes preocupados a los tres! Podrías habernos mencionado sobre tu vida alterna, nadie de aquí se hubiera ofendido, al contrario. ¡Y no me vengas con la bobería de “era para protegerlos" porque bien tú te la cre..! —frenó sus palabras al escuchar una suave risita provenir del hombre— ¿Y ahora qué tienes?

—Te ves adorable, Eli.

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