steve rogers;

5.3K 445 14
                                    


Arrugó el puente de su nariz, manteniendo su mirada en el gigantesco pino verde que adornaba la habitación principal de las instalaciones de los vengadores. A sus pies, decenas de cajas repletas de adornos que esperaban ser colocados en las próximas horas.

Esther maldijo internamente al millonario. Cuando aceptó, a regañadientes, decorar el árbol de navidad, se había imaginado algo pequeño, sencillo. Al parecer el concepto festivo de Tony sobrepasaba los límites de su imaginación. ¿Cómo haría para colocar la estrella en la punta?

—¿Te encuentras mejor? —una somnolienta voz preguntó a sus espaldas.

La muchacha dio un pequeño salto en su lugar, arrojando la caja de decoraciones al suelo. Decenas de pelotitas pláticas de diamantina rodaron por la habitación.

Sus mejillas se tornaron de un color rojizo pálido. Podía asegurar que se hallaba sola dentro de las instalaciones, ya que "todos" habían salido en búsqueda de los últimos decorativos y regalos para la festividad. El color se incrementó cuando recordó el mini karaoke que había hecho mientras cocinaba el desayuno.

—Sí, Rogers.

—¿Necesitas ayuda?

Esther observó el gigantesco árbol y al hombre durante unos segundos, sacando las ventajas y desventajas de la situación.

—Puedo hacerlo sola —aseguró, inclinándose a recoger las pelotitas desparramadas.

—¿Segura? —insistió el de cabellos rubios.

Se mantuvo de espaldas, negándose rotundamente a ceder ante sus palabras. Asintió con un leve movimiento de cabeza, acercándose al pino para comenzar con su misión de decorarlo antes de que el resto apareciera por la entrada.

Continuaba sintiendo la presencia del capitán en la habitación, provocando que sus nervios aumentaran a medida que transcurrían los minutos. Giró sobre sus talones para comprobar que su sistema nervioso no le estaba jugando una mala pasada: Steve se hallaba parado en la entrada con la mirada perdida en algún punto invisible de la sala.

—¡Rogers! ¡Rogers! —exclamó, preocupada, encaminándose en dirección al hombre. Pronunció su apellido, mientras lo sacudía desde los hombros— ¡Maldita sea, Rogers! ¿No me dirás "lenguaje"? ¿Te encuentras bien?

Se percató de que el sujeto se había transformado en una especie de bola de nervios enorme. Steve carraspeó, volviendo a la realidad de instante a otro.

—Perfecto, iré a la cocina —se apartó bruscamente, desapareciendo por el pasillo.

Esther quedó estática, divagando en un océano repleto de preguntas. ¿Había mencionado algo fuera de lugar? Repasó sus conversaciones de la últimas semanas con el soldado: un leve intercambio de saludos y gestos de agradecimiento. Un diminuto fragmento de una de las cenas del equipo pasaron por su mente, su boca se moldeó pareciendo una letra "o" y salió disparada a la cocina en búsqueda de respuestas.

Lo encontró apoyado en la mesada, con un paquete de galletas de chocolate en sus manos y dos tazas de porcelana vacías sobre uno de los muebles de madera.

—¿Steve?

—¿Quieres salir en una cita conmigo? —la pregunta causó que el corazón de la muchacha diera un vuelco. Parecía un niño pequeño cuando debía mencionar los detalles de una travesura a su madre— ¿Fue muy poco romántico? ¡Lo lamento! Soy un desastre con respecto a las citas románticas, apenas he tenido una en toda mi vi...

Esther empleó sus alteraciones genéticas para obligarlo a mantenerse callado. Apenas lograba procesar la información recibida.

—¡Sí! Digo, sí, me encantaría.

Una sonrisa asomó en el rostro del soldado. Esther rodeó los muebles de la cocina, hasta colocarse frente al rubio y poder rodear su cuerpo con sus brazos. La tranquilidad floreció en su interior.

—¡TENEMOS UN MILAGRO DE NAVIDAD EN LA COCINA!

Uno de los misterios de la humanidad era porqué Tony Stark no podía mantener su bocota cerrada.

____
Noemi_Sanchez_M espero que te guste ❤

¡empezamos con el especial navideño! 

→marvel's one shots←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora