steve rogers;

7.5K 577 67
                                    

Observó el atardecer desde el ventanal de la habitación. Una hermosa postal que necesitaba ser grabada en su cuaderno de ilustraciones. Sin tardar instante alguno, rebuscó en las estanterías los elementos que necesitaba y sentó su cuerpo sobre la alfombra para comenzar a retratar la hermosa vista.

—Cariño, ¿qué quieres cenar? —la voz de Steve resonó a sus espaldas, devolviéndola a la realidad.

Suzanne giró su anatomía, dedicándole una mueca dudativa a su pareja. Su cerebro se batallaba en elegir entre pasta o carne horneada con verduras, aunque para ambas opciones debía dejar a un lado su pasatiempo y acudir al rescate de Steve.

—Pasta —respondió, luego de algunos segundos de absoluto silencio—¿Necesitas ayuda?

La muchacha elevó su cuerpo del suelo y se encaminó hasta el escritorio, donde, cuidadosamente, guardó cada utensilio en su lugar correspondiente.

—Que hagas esa increíble salsa de carne para acompañarla —Suzanne esbozó una sonrisa, antes de depositarle un casto beso en los labios al de cabellos rubios— ¿Qué planes ingenia tu pequeña cabeza?

Una carcajada escapó de sus labios, apartando a Steve de la entrada a la habitación que compartían.

—Rasuraré tu barba cuando duermas.

—¿Tanto la odias? —indagó.

Suzanne se encogió de hombros, adentrándose a la diminuta cocina del departamento. Comenzó a rebuscar los objetos y alimentos para cocinar la cena de aquella velada.

—Bueno, hace que tu aspecto sea sexy, pero es extraño e incómodo para besarte. También deberíamos cortarle el cabello a Bucky, parece Rapunzel —comentó la joven, mientras quitaba la cáscara de una cebolla y la cortaba en rebanadas—. Y tendríamos que pensar qué cambio hacerle a Sam. ¿Teñirle el cabello de morado?

Sintió los musculosos brazos de Steve rodearle la cintura. El hombre apoyó su cabeza en el hombro ajeno, observando sus hábiles movimientos rebanando los alimentos.

—Parece ser que nadie dormirá en las próximas semanas... —la muchacha, sorprendida, depositó el cuchillo sobre la mesada y le dedicó una mirada a su pareja—¿Qué?

—Nada —murmuró, conteniendo sus enormes ganas de reír.

—¿Acaso...? ¡Suzanne!

—Tú lo dijiste.

→marvel's one shots←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora