→marvel's one shots←

pietro maximoff;

Escondió su anatomía detrás de un escritorio, esperando el momento exacto para atacar al sokoviano y derribarlo. Tragó en seco cuando una ráfaga de viento despeinó sus cabellos. No se encontraba preparada para volver a apreciar su rostro.

  Lograba escuchar en la lejanía los disparos y algunos alaridos de dolor. Anhelaba con que Clint y Tony se hallaran sin heridas, por más minúsculas que sean. Otro inconveniente atrasaría aún más la misión y podría ocasionar daños irreparables en el espacio-tiempo.

  —Bonnie, ¿qué haces aquí?

La muchacha se abofeteó mentalmente. Habían olvidado por completo que ella no había asistido a la batalla hasta el momento de la aparición de SHIELD. El capitán Rogers y Anthony Stark se lo habían impedido para resguardarla y resguardar al resto del lugar de sus habilidades psíquicas. Además de proteger al pequeño/a que crecía en su vientre.

  Retrocedió unos pasos, tratando de recuperar el aliento. Volver a escuchar su voz había provocado que su estómago se revolviera y aumentaran sus nervios.

  —Salvar tu trasero —respondió, desenfundado su arma y disparando contra sus propias creaciones— ¿Qué haces tú aquí? ¿No deberías estar ayudando al equipo?

En un instante, se hallaba entre los brazos del muchacho y en el otro extremo de la ciudad.

  —Técnicamente eres parte del equipo —respondió el sokoviano, entrelazando sus dedos con los de ella. Bonnie contuvo sus lágrimas—. Anciano enojado a las doce.

  —BONNIE.

«Mierda» Steve Rogers del pasado se encaminaba a donde se encontraba. El semblante gélido que reflejaba el rostro del soldado le causó un escalofríos. Pocas veces en su vida lo había visto tan enfadado.

  —No necesito de tus sermones, estamos a mitad de una misión importante y tengo que cumplirla al pie de la letra si no quieres que acabemos todos extintos —comentó, elevando sus brazos y apartándose de Pietro—. Mire, capitán, ¿puedo demostrarle de una vez de lo que soy capaz? No quiero pasar el resto se mi vida encerrada en una habitación o en un laboratorio porque nadie cree en mí.

  Movió sus dedos, construyendo una pared invisible que los rodeó a los tres. Los disparos golpearon la cápsula de contención, fallando en su objeto de fisurarla. De otro movimiento, la pared se convirtió en una pared en una onda expansiva que acabó con la vida de varios robots.

—¿Cuándo aprendiste a hacer eso?

  —Hace cinco minutos —murmuró, contenido una pared de concreto para que no aplastara a una familia—. ¿Entonces...?

—Un rasguño y vuelves a casa, ¿has entendido?

  La muchacha asintió con ligereza. El soldado le devolvió el gesto, dirigiéndose en dirección contraria a los dos jóvenes. Pietro se acercó a ella, envolviéndola entre sus musculosos brazos.

  —Lucecita, ya tenemos que irnos —informó Clint del futuro.

   Estaba por formular una petición para quedarse unos minutos más, pero las advertencias de las consecuencias inundaron su mente, nuevamente. La misión había sido cumplida con éxito, aunque se sentía incompleta por dentro: no volvería a ver a Pietro en su vida.

  Sin dudar un instante, tomó el rostro del sokoviano entre sus manos y acortó la distancia que los separaba. Las lágrimas que se habían estado acumulando en sus ojos comenzaron a descender por sus mejillas.

  —¿Qué sucede, lucecita?

—Lo siento...

  —¿Qué?

Reflejó en la mente contraria una imagen distorsionada del futuro. Un futuro donde Pietro se hallaba con vida y podían vivir lo que ambos habían anhelado desde sus conversaciones en las instalaciones de HYDRA.

  «Erik corriendo alrededor de Pietro, ambos jugando en la sala de estar de su pequeño pero acogedor hogar en Sokovia. Ella apoyada en el marco de madera, capturando esos momentos con una cámara fotográfica»

  —Erik —susurró Pietro.

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No estaba muerta, andaba de parranda ¿?

les dejo esta hermosura de hombre para su deleite 🌚