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bucky barnes;

No mencionó palabra alguna con respecto a lo ocurrido, pese a las insistentes preguntas de su pequeño hijo en el trayecto hasta el acogedor departamento rentado que les servía como hogar en las épocas en las cuales no habían misiones recurrentes.

—¿Por qué no quieres hablar de él? —preguntó Steven, decepcionado. El corazón de Alanne dio un vuelco al percatarse de la tristeza que iluminaban sus ojos— ¡Nunca quieres hablar de él!

Apretó sus labios hasta el punto que padecieron varias tonalidades. Sólo escuchó que la puerta de la única habitación del lugar se cerraba con lentitud, Steven anhelaba que su madre le informara algo relacionado a su padre, pero ese tema siempre había sido evadido por ella.

La cerradura de la puerta emitió un diminuto sonido, haciéndole entender que ninguno asistiría a la cena en la Torre Stark hasta que ella se dignara a mencionarle aquello que le provocaba semejante tristeza de recordar.

Alanne sentó su cuerpo en una de las sillas de madera. Se encontraba decepcionada consigo misma, de su accionar. ¿Por qué habían actuado de manera tan cobarde y sin ser capaz de afrontar las consecuencias de sus actos?

Se despojó de su abrigo de lana, notando que diminutas gotas de agua comenzaban a golpear contra el cristal del ventanal.

Unos sonidos metálicos provenientes del exterior la sacaron de sus pensamientos y la devolvieron a la realidad. Apenas lograba distinguir una silueta encapuchada entre la oscuridad.

—¿Qué demonios haces aquí, Barnes? —indagó, dejando que el soldado se adentrara a su hogar— ¿No podrías tocar la puerta cómo una persona normal?

—¿Hubieras atendido?

Mordió su lengua, encaminándose hasta un mueble de madera que servía como resguardo para diversos objetos y prendas, entre ellos, toallas. Bucky se negó rotundamente a tomar lo que le era ofrecido, queriendo llegar al grano del asunto principal y dejar de lado tramas secundarias.

—¿Quién es él?

—¿Quién?

—No estoy aquí para juegos tontos —la tonalidad de voz del hombre había cambiado drásticamente, volviéndose más profunda—. ¿Quién es el niño?

—¿Tanta importancia tiene para ti el niño?

—Steve me ha contado, Alanne —respondió, cruzándose de brazos. La muchacha maldijo al de cabellos rubios en todos los idiomas que había aprendido a lo largo de su vida—. Aunque preferiría escuchar la verdad de tus labios. ¿Él es mi hijo?

Quedó estática, observando un punto invisible en la habitación. El hombre se movió hasta quedar a unos metros de distancia, esperando una pronta respuesta de la muchacha o alguna señal de poseer signos vitales.

La mirada de Bucky se dirigió al pasillo del departamento. Alanne supo que se trataba de Steven quien, seguramente, había oído la conversación/discusión llevada a cabo en la cocina.

—Steven, cariño —murmuró ella, girando en dirección al pequeño. Steven recorrió los metros que lo separaban de la pareja a una velocidad increíble y se abrazó a las piernas de su madre—. Él es James Barnes, ¿te acuerdas de las historias del tío Steve?

Bucky agachó su cuerpo hasta quedar a la altura del niño. Alanne encontró aquella escena demasiado tierna, incluso provocándole enormes ganas de adoptar al soldado por mostrarse tan afectivo después de todo lo ocurrido.

—¿Eres mi papá?

—Ven aquí, pequeño soldado.

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denle amor a este hombre :(((