|Hasta que seas mía|
Empecé a sentir síntomas de un ataque de pánico al vuelo de mi imaginación. La voz cantarina de mi hijo, no podía significar... que... ¡No! No podía ser. No se atrevería...
–Mamá –dijo Drew cuando me vio asomar la cabeza por la puerta.
–Estoy bien –le dije cuando apuró el paso, asustado. Apretó los labios con ese gesto reprobatorio que me hacía sentir más su hija que su madre, asumiendo que mi reacción era por las arañas y no por ese alguien que esperaba abajo.
–No puedes asustarte de esa manera. ¿Alguna vez te mentí? –negué sin sonreír–. Baja. Robert te espera abajo.
Contuve la respiración y avancé dos pasos antes de que el eco de ese nombre calara en mí como un tambor. ¿Robert? Drew siguió hablando al tiempo que veía a Robert de espaldas, dejando su chaqueta en el respaldo de mi sofá. Pestañeé varias veces intentando aclarar mi visión.
–¿Bobby? –Se dio vuelta y me miró sorprendido.
–¿Qué pasa? ¿Desilusionada? ¿Esperabas a alguien más? –Levanté mi cabello en una imaginaria cola de caballo y después lo anudé, despejando mi espalda.
–¿Me veo muy mal? Es culpa de Drew, no del choque. Me amenazó con una araña.
–¿De las de la invasión?
–Mierda, todo el mundo está al tanto. ¿Dónde estaba yo cuando esto pasó?
–¿Colgada de Internet? ¿Abducida por los extraterrestres? –Entorné los ojos mientras le golpeaba con el puño el hombro y le hacía señas para que me siguiera a la cocina.
–Muriendo en una calle de Hertford –Encendí la cafetera y lo escuché correr una silla para sentarse en silencio.
El teléfono a mi lado repiqueteó y salté asustada. Estiré la mano y atendí.
–Hola cariño. ¿Cómo estás?
–Bien. Preparando café. ¿Cómo están ustedes?
–Bien, acaba de terminar el partido de Dylan y Damián está en el calentamiento. Comeremos una hamburguesa y esperaremos los otros resultados.
–¿Cómo fue el de Dylan?
–Bien. Ganaron. Solo jugó el segundo tiempo.
–Hola, mamá, – exclamó eufórico al sacarle el teléfono al padre.
–Hola, cielo. ¡Ganaron! ¡Felicitaciones!
–Eso no es lo mejor, mamá: habrá un torneo de futbol cinco en PS3 y me quieren de capitán.
–¡Wow! Eso es fantástico.
–Tendré que entrenar mucho, y es mucha responsabilidad...
–Cualquier excusa es buena para ti.
–Tú quieres que sea un buen deportista.
–Al aire libre, ¡no encadenado a un videojuego!
–No se puede tener todo en la vida –dímelo a mí, pensé–. ¿Puedo? Papá ya dijo que sí.
–Por supuesto que puedes, pero en la primera disminución de rendimiento te retiro del equipo y no habrá FIFA que pueda intervenir en tu beneficio.
–¡Bien! –dejó el teléfono y David retomó la comunicación.
–¿Cómo te sientes?
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...