|Un pacto|
Lauren abrió los ojos para cortar con esa sensación desconocida de caminar entre sueños. Despertar así era hacerlo de la mejor manera: desnuda y enredada con la mujer que amaba. Se permitió ese momento silencioso de disfrute con Camila entre sus brazos, su espalda contra su pecho, hundir la nariz en su cabello y acompasarse a su respiración. Ella era tan hermosa incluso cuando dormía.
En eso estaba, concentrada en su divina intimidad, cuando sintió más que escuchó en el aire, la vibración de la cuerda de una guitarra. Debía ser su oído de música e incorporó la cabeza sobre la almohada para ver si captaba algo más. En el medio del silencio de la noche, sólo había eso, una suave vibración del otro lado de la puerta.
Se escurrió de la cama y se calzó en su pantalón y top antes de salir de la habitación. Ya en el pasillo, la vibración era más intensa. La siguió hasta el extremo opuesto del pasillo, pasando la escalera, donde sabía que estaba la habitación de Damián, el hijo mayor de Camila.
Apoyó la oreja en la puerta y corroboró que los ruidos, que no eran tantos ni tan fuertes, venían de allí. Golpeó muy despacio pero sabía que quien o quienes estuvieran allí, de seguro estarían usando auriculares y no la escucharían. Así que, inspiró profundo, midió la puerta y rezó como si fuera a rendir un examen oral en el colegio.
Damián estaba sentado en el piso, rodeado de papeles garabateados y partituras, entre dos de sus guitarras y un montón de cables conectados a su laptop. Bufó otra vez, mientras borraba con la goma del lápiz lo que había escrito, y por el rabillo del ojo la vio. Se arrancó los auriculares y susurró:
—¿Te desperté? —Lauren negó con la cabeza, sorprendida de que no le ladrara o la sacara a empujones de la habitación. Lo había notado un poco más accesible en la cena y después de su "permiso" para quedarse, sintió que se abría una puerta que debía aprovechar.
—¿Qué estás haciendo?
—Tratando de terminar una canción. —La frustración en su voz era algo que conocía a la perfección, como si hubiera salido de su pecho. Sin mirarla, Damián le extendió un papel pentagramado, después de borrar y escribir dos nuevas notas. La melodía nació en su mente, tanto en piano como en guitarra, y no sonó para nada mal. Sonrió de costado y se sentó a su lado con las piernas cruzadas.
—Creo que está muy bien.
—Apesta... las tres piezas sueltas quedan bien, pero...
Lauren tarareó la melodía con los labios cerrados y trató de buscarle un ritmo diferente, o una vuelta que le redondeara. Damián volvió a puntearla, escuchando a través de un solo auricular.
—¿Qué haces despierta a esta hora?
—A veces me desvelo.
—¿Mamá te despertó? —Los dos rieron entre dientes, pero Lauren no dijo nada—. Ella ronca... Quizás es algo que debas saber antes de decidir vivir aquí.
Contuvo la respiración y esperó el golpe de gracia. Cuando sólo hubo silencio, decidió hacer su aporte a la creatividad de esa noche especial.
—¿Quieres una cerveza? —Preguntó mientras se ponía de pie. Damián la miró desde abajo con una sonrisa.
—Mamá no me dejaría tomar más alcohol —y eso era cierto, lo de esa noche era una concesión, hacia ella como invitada y por culpa. No quería abusar de ella. Arrugó la frente y suspiró.
—Tienes razón...
—Pero yo no diré nada si tú no lo haces.
Jamás hubiera esperado ese tono cómplice en el muchacho y se desesperó por no perder la oportunidad. Necesitaba como el aire su aceptación, porque sabía que no habría manera de seguir con Camila si él no la aprobaba. No importarían los demás si uno sólo se negaba. No importaba cuál. Damián era el bastión a conquistar.
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...