Inspire me - Capítulo 3

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|Si alguna vez pierdo mi fe en ti|


–Se quedan todos quietos y nada malo va a pasar –¡Mishka, no! pensó Seth, poniéndose de pie despacio, mientras veía como sujetaba a Normani del brazo y la sacudía para acomodarla contra su cuerpo, sosteniéndola con una mano de la cintura y en la otra mano sosteniendo algo parecido a un bisturí plateado, brillante y filoso, amenazante, en el cuello de ella.

–Tranquila, Mishka... podemos hablar.

–Te he llamado cien veces y no quieres hablar conmigo. ¿Qué pasa, Seth? Tengo que venir a hacerme la loca para llamar un poco tu atención.

–No es necesario. Podemos sentarnos y hablar como personas civilizadas.

–Tú no conoces ese idioma. Sólo el lenguaje de la carne y la sangre –Subió un poco el filo del bisturí contra el cuello de Normani, marcando su piel. Normani estaba inmovilizada por el miedo, sus ojos oscuros dilatados, clavados en los ojos de Seth.

–Déjala. Llévame a mí, con ella no vas a conseguir nada.

–Por el contrario. Con ella voy a conseguir todo lo que quiero.

–No...

–¿Quieres ver? ¡Siéntense! –El filo del bisturí se marcó en un rojo más profundo en el cuello de Normani y todos cayeron a sus asientos. Seth alcanzó a ver a Janice ser testigo de la escena y desaparecer con el teléfono en la mano; no sabía que tan bueno o malo podía ser eso, él tenía que tomar las riendas del asunto–. Muy pero muy bien. Felicitados, A+ para todos.

–Mishka... escúchame.

–Escúchame tú a mí. Primero me sacaste del medio con la imbécil de Ivy porque tenía más tetas que yo; después me cambias por esta perra vieja. ¿Cuál es tu problema? ¿No sabes valorar lo bueno?

–No... por favor. Ven aquí. Déjala y habla conmigo.

–¿Por qué? ¿Para qué? Cierras la obra, me descartas como a un trapo viejo. Pues entérate que no lo soy. Soy demasiada mujer para ti, demasiado para lo que has estado acostumbrado y evidentemente... –dijo, presionando más el bisturí, dejando que una gota densa de sangre cayera por el cuello estirado de Normani, recorriendo su garganta hasta expandirse en el cuello del suéter blanco, haciendo un dramático contraste.

–Déjala, por favor.

–Oh... ¿me ruegas? ¿Caerás de rodillas por ella? ¿Cambiarás tu vida por la de ella? – Seth estaba temblando y vio las lágrimas de Normani correr por sus mejillas. Se dejó caer de rodillas, apoyándose en las manos y la risa de Mishka resonó con una nota histérica y desquiciada en ella.

~*~

Estaba aterrorizada, el miedo caldeando su sangre y haciendo que todo a su alrededor ocurriera en cámara lenta. Ya no estaba en esa alejada esquina desde donde solía presenciar sus momentos de desgracia. Todavía estaba conectada con su cuerpo, podía sentir el frío del metal tomar de a poco la temperatura de su cuerpo, la presión haciendo que el filo cortara su piel, el dolor de la carne rota, el olor de la sangre... de su propia sangre, sus latidos golpeando contra el cuchillo que presionaba la arteria. Podía sentir sus propios latidos retumbar en su cuello con el ritmo de un tambor.

El frío del miedo estaba en su espalda húmeda, su cuerpo inmóvil y helado como si ya estuviera muerta. Mishka se desquitaría con ella. Ya había perdido la razón, su risa lo demostraba, ya no le importaba nada. Sería sólo una mancha de sangre en cualquier momento.

Seth cayó de rodillas derrotado, consciente de que Mishka no se detendría. La rusa había ganado. La mujer aflojó sólo un poco la presión y decidió que ese era el momento. Tenía que lograr empujarla y zafarse del agarre, echándose para atrás para evitar que el bisturí se clavara en su cuello.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora