|Soñé un sueño|
Camila suspiró, sus párpados pesados negándose a reaccionar, otro día que pasaba... otro año más. ¿Otro año más?
Sintió una mano en su hombro y un escalofrío la recorrió completa.
Su cuerpo reaccionó de inmediato, sus sentidos mucho más despiertos que su propia conciencia, su piel al rojo vivo como sus ansias, sus deseos... su desesperación. Esa misma mano se deslizó con suavidad por todo el largo de su brazo. Su suspiro ya no de resignación sino de demanda, y la persona causante, respondió con entrega. Sintió sus labios en su cuello y su cuerpo pegarse a su espalda.
Su corazón, desbocado en respuesta, reconoció que no era hambre lo que tenía, sino gula. Que eso no era solo amor, sino un brebaje adictivo de pasión, de pura y cruda lujuria. Que no importaba cuanto tuviera nunca sería suficiente, y ella quería más y más.
Aún en la frontera entre el sueño y la realidad, apretando los ojos para vagar en ese camino neblinoso que se negaba a desaparecer, se dejó llevar de la mano por la combinación de pecados. Entrelazó los dedos que la tocaban entre los suyos y miró la lenta caricia que recibía la joya que descansaba en el dorso de su mano. Siguió el movimiento de cada caricia repartida sobre su piel, le acompañó desde su cintura a la parte baja de su vientre... y entonces, la puerta se abrió.
Camila quiso maldecir, pero no pudo. Tenía demasiado amor por esa vocecita estridente que se alzaba sobre el silencio y la oscuridad de su habitación. Todavía se preguntaba cómo había llegado a tener tantos hijos con la cantidad de interrupciones que vivía a diario.
–¡Mami! ¡Tenemos que irnos!
La morena sintió como esos labios se hundían en su cuello, mezclados con su propio cabello, y dejaron un beso calmo, sin prisas... de aquellos que dan la seguridad de que no se perderá lo que se tiene.
–Tú descansa un poco más, amor, es temprano. Volveremos después.
Camila sonrió mientras acariciaba con la mejilla la suave piel del amor de su vida. Se dejó cubrir con las sábanas y disfrutó de otro beso en su hombro desnudo.
–Feliz cumpleaños, amor –dijo en un susurro que se alejó de prisa, mientras se dejaba arrastrar fuera de la cama y contestaba con un murmullo a la vocecita conspiradora por el regalo de cumpleaños.
Los pasos se alejaron en la habitación y la puerta volvió a abrirse, para cerrarse despacio nuevamente. Y ella dejó que el sueño la llevara de la mano... en el día de su cumpleaños.
A fin de cuentas, todo había comenzado con un sueño.
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Ya nos queda poco para llegar hasta donde nos quedamos, muchas gracias por leer y seguir apoyándome con esto, les quiero <3
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Lie to me - Camren G!P
Fanfiction+Historia temporal. Recuerda que es una historia publicada de manera privada, por lo que necesitas seguirme para acceder a todos los capítulos. Una vez que leas toda la historia, puedes dejar de seguirme si así lo deseas. Si no te aparecen los capít...