Lie to me - Capítulo 26

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|Una espina en mi costado|

La semana más larga de mi vida parecía avanzar gateando al fin de semana más esperado de mi existencia. Contra todo pronóstico, David vio con buenos ojos mi nuevo proyecto laboral y festejó mi regreso al trabajo. Tuvo un esbozo de enojo cuando le dije que debería viajar sola y no iría con ellos al tan esperado campamento, pero no cambió sus planes.

Los niños estaban entusiasmados con el viaje, a un destino sorpresa que David ocultaba celosamente. Ese jueves fue a buscarlos al colegio y todos volvieron con equipos nuevos para nieve. Él no respondía a ninguna de las preguntas sobre el lugar, pero las alternativas que barajaban iban de Noruega a Siberia pasando por la Patagonia. ¿Dónde, sino, podrían encontrar nieve en pleno septiembre?

David entró cargando una decena de bolsas de marcas femeninas y tras él cerró la puerta su hija mayor: Danna.

Danna era tan hermosa como perversa. La genética había elegido para ella, lo mejor parte física de sus padres. Piel clara y cabellos castaños, ojos negros como los de su madre, pero hipnóticos e impenetrables como los de su padre.

Pero su belleza terminaba allí, porque lo que seguía en su descripción era un listado de defectos exagerados para convivir en una sola persona: egoísta, caprichosa, celosa, envidiosa. Podía seguir enumerando, pero tenía que hacer la comida. Inusualmente en nuestra historia, Danna me saludo con una sonrisa cuando subía las escaleras rumbo a la habitación que ocupaba cuando se quedaba a dormir en casa.

–Buenas noches, Camila –Desapareció por las escaleras antes de que pudiera salir de mi asombro y responderle. Pude identificar la felicidad que la embargaba por partida doble, por su viaje a Los Ángeles y porque yo tuviera que quedarme en Londres mientras ella conocía a nuestra actriz favorita, y más aún, porque tuviera que trabajar durante el pequeño receso de otoño. Tuve que disimular la sonrisa mientras regresaba a la cocina.

Guarde silencio durante toda la cena, mientras la conversación pasaba por los viajes. Danna estaba muy charlatana esa noche, contando los detalles de su itinerario y de cómo su nuevo padrastro la llevaría a recorrer varios estudios de cine y la más importante escuela de cine de Los Ángeles. David los escuchaba a todos con atención, desde los desvaríos de grandeza y un nuevo cambio de vocación de Danna, hasta los programas de cada uno de los niños en ese lugar que, poco a poco, iba tomando forma para ellos. David tendría que decirme en algún momento a donde tenían pensado ir.

–¿Estás bien? –dijo sacándome de mis cavilaciones lejanas.

–Sí.

–Estás ausente –Sonreí y me levanté para buscar el postre. David me siguió a la cocina.

–Estoy bien. Tengo mil cosas para hacer y no sé por dónde empezar.

–Quizás no es un buen momento para que vayas a hacer ese trabajo. Unos días de descanso te vendrán bien y...

–Estoy bien. Y estaría mejor si supiera a donde van a ir.

–No te lo diré. Tú no sabes guardar un secreto –Mi primera intención fue enarcar una ceja y reírme en su cara, pero no había necesidad de que él pensara lo contrario.

–Solo quiero saber dónde estarán, por si pasa algo.

–Despreocúpate. Todo estará bien –Levantó los pequeños bols de vidrio y las cucharas mientras yo sacaba el helado del freezer.

Al llegar a la mesa, el lugar de Danna estaba vacío. David sirvió el helado para los niños, para él y uno más que se disponía a llevar a su adorada hija.

–Permíteme. Yo se lo llevaré –Saqué el bol de su mano, subí las escaleras y desde allí pude escuchar su voz, y de fondo, la voz de Lauren en una entrevista reciente. Golpeé la puerta muy despacio y esperé. Su voz se silenció, pero no contestó, así que, sin esperar más, abrí la puerta.

Lie to me - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora